Arcade Fire demuestra en Barcelona por qué siguen siendo los reyes del indie
Barcelona.- La banda canadiense Arcade Fire no da muestras de cansancio tras más de quince años de carrera y este sábado han hecho vibrar el Palau Sant Jordi de Barcelona con un espectáculo musical y visual cargado de energía, en el que han demostrado por qué siguen siendo los reyes del indie rock.
El grupo, formado por el matrimonio Win Butler (voz y guitarra) y Régine Chassagne (voz), y por William Butler (teclado), Richard Reed Parry (guitarra), Jeremy Gara (batería) y Tim Kingsbury (bajo), ha interpretado un repertorio en el que han predominado las canciones de su trabajo más reciente, “Everything Now” (2017).
Fue precisamente con el sencillo que da nombre a este último álbum con el que el sexteto ha arrancado el concierto en Barcelona, donde hace un año presentaron por primera vez el disco, cuando actuaron como cabeza de cartel sorpresa del festival Primavera Sound.
“Estamos muy felices de volver a Barcelona, donde lanzamos nuestro disco el año pasado. Nos lo ponéis muy difícil para ir a cualquier otro sitio, sois una excelente audiencia”, ha resaltado a medio concierto el líder de la banda, Win Butler.
Los integrantes del grupo han salido al Palau Sant Jordi desde la pista y han caminado hasta un escenario que simulaba un cuadrilatero de boxeo en el centro del recinto, mientras saludaban a sus seguidores y eran presentados por una voz de megafonía que imitaba a los presentadores americanos de combates de boxeo.
Arcade Fire ha dejado relucir desde el primer momento el giro electrónico que caracteriza a su último disco, un álbum para el que han contado con la producción de Thomas Bangalter, del dúo francés Daft Punk; el exbajista de Pulp Steve Mackey y Geoff Barrow, líder del grupo británico Portishead.
También han mostrado el discurso político de su último trabajo, en el que reflexionan sobre el consumismo y la incomunicación en un mundo en el que las nuevas tecnologías gobiernan nuestro día a día, en canciones como “Put your money on me” y “Creature Comfort”.
Pero la banda no ha hecho esperar a sus seguidores y ya para la segunda canción de la noche han dejado caer uno de sus mayores éxitos: “Rebelion (Lies)”, de su álbum debut “Funeral”, con el que en 2004 alcanzaron fama mundial, apenas cuatro años después de su formación en Montreal (Canadá).
La vocalista y teclista Régine Chasagne ha sorprendido a los asistentes cuando, en el momento de cantar “It’s never over”, se han apagado las luces del escenario y ha aparecido en una de las graderías del Palau Sant Jordi, desde donde ha bajado cantando y bailando para volver al escenario central.
La cantante ha repetido una maniobra similar, cuando ha bajado del escenario para bailar junto a sus seguidores debajo de una bola gigante de discoteca, durante la canción “Reflektor”, y que luego ha copiado Butler, su esposo, mientras cantaba “Afterlife”.
La mayoría de los asistentes ha desenfundado su móvil para grabar el momento en el que la banda ha interpretado uno de sus temas estrella, “The Suburbs”, canción que da nombre al disco con el que en 2011 ganaron el premio Grammy a mejor álbum.
Pero el momento álgido de la noche ha sido, sin duda, cuando la banda ha tocado otro de los temas de ese lauredo álbum: “Ready to Start”, con el que el recinto entero se ha puesto a saltar.
La agrupación canadiense ha despedido su espectáculo con “Wake Up”, uno de los temas más aclamados de su álbum debut, con el que llevan cerrando sus conciertos prácticamente desde la primera gira y que esta noche han interpretado acompañados por la Preservation Hall Jazz Band, que también actuaron como teloneros.
El próximo martes Arcade Fire continuará con su gira “Infinite Content” con un concierto en el Wizink Center de Madrid. (EFE).