Los rescatistas italianos llevaron a tierra este viernes el cadáver de la última desaparecida en el naufragio de un superyate ante la costa de Sicilia.
El cuerpo de la mujer fue detectado este viernes. No ha sido identificada, pero Hannah Lynch, la hija de 18 años de magnate británico de la tecnología Mike Lynch, seguía en paradero desconocido. La familia Lynch se encontraba a bordo del Bayesian, un yate de 56 metros (184 pies) de eslora con bandera británica, que naufragó durante una tormenta a primera hora del lunes.
Funcionarios de Protección Civil creen que la embarcación fue golpeada por un tornado sobre el agua, o manga de agua, y se hundió rápidamente.
El cuerpo de Mike Lynch fue recuperado el jueves. Celebraban la reciente absolución del magnate por acusaciones de fraude junto a las personas que lo defendieron en un juicio en Estados Unidos.
Su esposa, Angela Bacares, es una de los 15 sobrevivientes.
Los buzos se afanaron para encontrar los seis cuerpos atrapados en el casco de la embarcación, hundida a 50 metros (164 pies) de profundidad.
Lynch, de 59 años, un multimillonario conocido como el “Bill Gates británico”, celebraba a bordo del lujoso yate con amigos, colaboradores y abogados su absolución en junio en un juicio por fraude en Estados Unidos que podría haberle costado muchos años de cárcel.
El personal de rescate levanta lo que se cree que es el cuerpo de Hannah Lynch, hija del empresario tecnológico británico Mike Lynch, en el lugar donde se hundió un yate de lujo, frente a la costa de Porticello, cerca de la ciudad siciliana de Palermo, Italia, el 23 de agosto de 2024. REUTERS/Louiza Vradi
El barco se hundió en cuestión de minutos a unos 700 metros del puerto de Porticello, tras el paso de un tornado el lunes por la mañana.
Se rescató a 15 personas, entre ellas seis pasajeros, incluidos una mujer y su hija de un año, y un miembro de la tripulación fue hallado muerto.
Esta víctima había sido localizada en la tarde del miércoles dentro de los restos del velero, que yace a 50 metros de profundidad en el fondo marino siciliano. Sin embargo, la recuperación no pudo realizarse antes debido a la falta de luz natural, lo que obligó a suspender la búsqueda.
El hundimiento del supervelero Bayesian, construido por el astillero italiano Perini Navi, ha generado una controversia en torno a las causas del accidente y la responsabilidad de la tripulación. En ese sentido, Giovanni Costantino, fundador y consejero delegado de The Italian Sea Group, el holding que controla Perini Navi, realizó declaraciones contundentes sobre la tragedia: aseguró que el naufragio fue el resultado de “una larguísima lista de errores” por parte de la tripulación, calificando al Bayesian como“uno de los buques más seguros del mundo” y prácticamente “inhundible”.
“Todo lo que se hizo revela una larguísima lista de errores. No debería haber habido gente en los camarotes, el barco no debería haber estado fondeado”, declaró Costantino en una entrevista al Corriere della Sera.
El lujoso velero, de bandera británica, se hundió en la noche del lunes frente a las costas de la localidad de Porticello en medio de una fuerte borrasca, cuando en su interior había 22 personas, doce pasajeros y diez miembros de la tripulación.
El empresario cuestionó la falta de previsión de la tripulación ante las condiciones meteorológicas adversas: “¿Por qué la tripulación no sabía que se avecinaba una perturbación? Los pasajeros contaron algo absurdo, es decir, que la tormenta llegó inesperadamente, de la nada. Esto no es cierto. Todo era previsible”.
Según Costantino, el hundimiento se produjo debido a la entrada de agua en el barco. “No hay otra explicación”, dijo. “Ciertamente, el suceso [la tormenta] habría supuesto un riesgo cero si se hubieran realizado las maniobras correctas y no se hubieran producido situaciones que comprometieran la estabilidad del barco”.
“El barco estaba fondeado. En un momento dado el ancla pierde su agarre y se desplaza, arrastrado por el viento que la empuja, llevándosela de panza. La empuja durante 4 minutos, la gira y la coloca en la posición en la que se hundió. En esos cuatro minutos -y asumo la responsabilidad de lo que digo- en el barco ya entró agua”, explicó.
Bayesian, un velero de 56 metros de largo que luego se hundió frente a la capital siciliana, Palermo, se ve en Santa Flavia, Italia, el 18 de agosto de 2024, en esta imagen obtenida de las redes sociales. Baia Santa Nicolicchia/Fabio La Bianca/via REUTERS
Prueba de ello, según Costantino, es el video de la cámara de seguridad que captó el hundimiento del velero. “Se puede ver el mástil en vertical primero todo encendido y luego apagado, excepto la bombilla de la parte superior que toma energía de una batería”, dijo. “Si la nave se apagó significa que fue el agua la que causó el cortocircuito”.
El CEO de The Italian Sea Group detalló una serie de errores que, en su opinión, contribuyeron al desastre: “Era inapropiado celebrar, como he leído, una fiesta. Esa noche no. Había que blindar el casco y la cubierta cerrando todas las puertas y escotillas, después de colocar a los invitados en el punto de reunión del barco según el procedimiento de emergencia”.
Costantino sugirió que la tripulación debería haber tomado medidas preventivas: “A continuación, arrancar los motores y levar anclas o soltarlas automáticamente, poner proa al viento y enviar la quilla hacia abajo. A la mañana siguiente zarparían de nuevo sin daños”.
Constantino citó como ejemplo el accionar del comandante del velero Sir Robert, que estaba al lado del Bayesian. “Lo gestionó todo sin problemas”, dijo. En efecto, Karsten Borner, el capitán del barco y que rescató a algunos de los supervivientes, dijo a Reuters que cuando se desató la tormenta había encendido el motor para mantener el control de la embarcación.(I).