China e India acercan posturas en una cumbre entre Modi y Xi
Pekín.- El presidente chino, Xi Jinping, y el primer ministro indio, Narendra Modi, finalizaron hoy dos días de cumbre informal en la ciudad central china de Wuhan, con el fin de dar una imagen de acercamiento entre dos potencias a menudo enfrentadas.
En la segunda jornada de conversaciones en Wuhan, una ciudad de ocho millones de habitantes a orillas del río Yangtsé poco acostumbrada a ser el centro de la diplomacia china, Modi y Xi acordaron aprobar la colaboración en un “proyecto conjunto” en la vecina Afganistán, informaron medios indios presentes en la cumbre.
Ambos también consensuaron aumentar la comunicación entre sus dos ejércitos mediante reglas de conducta, con el fin de impedir incidentes como el del verano pasado en Doklam (zona del Himalaya en el suroeste de China), escenario de una incursión de soldados indios durante varias semanas que despertó el temor a un conflicto armado.
El presidente chino expresó el viernes su deseo de que la cumbre de Wuhan abra un “nuevo capítulo” en las relaciones de dos países que “pueden influir en todo el mundo”, mientras que Modi invitó a Xi a dar continuidad a estas reuniones con un encuentro similar en territorio indio el próximo año.
“Tenemos la responsabilidad de trabajar para el 40 por ciento de la población mundial, lo que significa librar al planeta de muchos problemas, y trabajar juntos hacia ello es una gran oportunidad para ambos”, destacó hoy el mandatario indio.
La cumbre significa el segundo encuentro entre Xi y Modi en los últimos meses, tras el mantenido en septiembre de 2017 en Xiamen (sureste de China) con ocasión de la cumbre de países emergentes BRICS, aunque el de estos días ha tenido un carácter más personal y alejado de los encorsetados formalismos propios del protocolo chino.
El paseo de los dos líderes junto a las aguas del Lago del Este -un bucólico lugar en Wuhan- o la asistencia de ambos el viernes al imponente Museo Provincial de Hubei dieron al encuentro un carácter cercano que en China solo se había visto recientemente con la visita en noviembre de Donald y Melania Trump, quienes fueron invitados a tomar el té con Xi y su esposa en el Palacio Imperial de Pekín.
Con el encuentro en Wuhan, Pekín y Delhi buscan reducir los recelos mutuos que han surgido en los últimos meses por asuntos como el conflicto en Doklam (reclamada a China por el pequeño reino de Bután, tradicionalmente protegido por la India) o por las ambiciones chinas que encarnan las llamadas “Nuevas Rutas de la Seda”.
Ese programa chino de inversión en infraestructuras y telecomunicaciones en todo el mundo, que algunos expertos consideran una suerte de “Plan Marshall chino” para aumentar su influencia global, choca con la India por los proyectos de cooperación en transportes chino-paquistaníes, especialmente en Cachemira.
Al mismo tiempo, China abriga sospechas hacia planes similares que Estados Unidos ha sugerido iniciar con India, Australia y Japón a modo de contrapeso a las Nuevas Rutas de la Seda, aunque estos por ahora no se han materializado en proyectos concretos.
A todo ello se unen las tradicionales reclamaciones territoriales mutuas (China reclama el Arunachal Pradesh controlado por la India, y ésta el Aksai Chin administrado por el régimen de Pekín) o el viejo contencioso tibetano, dado que el Dalai Lama está refugiado en la ciudad india de Dharamsala desde su huida en 1959.
En encuentro de Wuhan ha sido recibido por la prensa oficial china como un buen paso hacia la reconciliación entre los dos gigantes asiáticos: Diario del Pueblo, periódico portavoz del Partido Comunista, ha señalado en su editorial de hoy que “aumentará la confianza mutua y el control de las disputas”.
“Llevará a una nueva fase en las relaciones chino-indias”, subraya el artículo de opinión, bajo el epígrafe “dos grandes países deberían tener una gran cooperación”.(EFE).