
Djukanovic confirma su dominio indiscutible en la política de Montenegro
Podgorica.- Milo Djukanovic, ‘hombre fuerte’ de la política de Montenegro, confirmó una vez más que domina el poder en el pequeño país balcánico al ganar este domingo las elecciones presidenciales con un 53,9 % de los votos, según el recuento total de votos terminado hoy.
De acuerdo a los resultados preliminares de la Comisión Electoral (DIK), su principal rival, el candidato opositor y prorruso Mladen Bojanic, obtuvo el 33,4 % de los apoyos, mientras que el resto de los cinco rivales obtuvo menos del 10 %.
Djukanovic, de 56 años de edad, es el líder político indiscutible de Montenegro desde el año 1991, cuando por primera vez fue elegido primer ministro de la entonces república yugoslava, cargo que ejerció en seis ocasiones, mientras que una vez ya fue presidente (1998-2002).
En tres ocasiones se retiró de los cargos públicos, la última vez en 2016, para dedicarse a los negocios de su familia, pero ha permanecido al frente del DPS, el principal partido montenegrino.
El cargo presidencial de Montenegro carece de poder ejecutivo y tiene un papel más bien protocolario, pero con importancia simbólica.
Sin embargo, muchos creen que Djukanovic tendrá un impacto fuerte sobre la política por su incontestable autoridad.
El analista montenegrino Zlatko Vujovic declaró que aunque el presidente dispone de pocas competencias “cuando se trata del líder del mayor partido, el poder se traslada con él”.
Djukanovic es considerado el “padre de la independencia” de Montenegro, lograda en 2006 cuando el pequeño país adriático, de unos 620.000 habitantes, se separó del Estado común que formaba hasta entonces con Serbia.
Ha trazado la vía euroatlántica del país, e impulsó el ingreso en la OTAN, en 2017, pese a las presiones de Rusia, un aliado tradicional que se opone a la expansión de la Alianza en la región balcánica, y a la negativa de la oposición.
Ahora se propone convertir a su país en miembro de la UE en los próximos cinco años, una tarea ambiciosa ya que Montenegro aún debe trabajar mucho en la edificación del Estado del derecho, la lucha contra la corrupción y en las reformas económicas.
Los observadores internacionales , liderados por la Organización para Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), indicaron hoy que si bien las “libertades fundamentales fueron respetadas” hubo algunos aspectos a mejorar, como la “ventaja institucional” que tuvo Djukanovic.
Por su parte, el jefe de los observadores del Parlamento Europeo, Fabio Massimo Castaldo, criticó la falta de transparencia de la comisión electoral, que no concedió acceso público a sus sesiones.
“Mientras los derechos fundamentales fueron respetados y la gestión de las elecciones fue positiva, aún queda trabajo por hacer” en cuanto a la legislación electoral, concluyó el eurodiputado italiano.
Montenegro es el país balcánico que más avances ha hecho en la vía europea y se ha abierto la perspectiva de entrada en 2025, según una estrategia de la UE de ampliación.
Djukanovic es para muchos una figura que polariza la sociedad montenegrina, considerado por sus partidarios un garante de la estabilidad y de las ambiciones europeas, mientras que para sus adversarios es el creador de un sistema clientelista que perpetúa a su partido en el poder.
Montenegro quedó ya dividida cuando en 1997 Djukanovic tomó el rumbo hacia la independencia, mientras que el ingreso en la OTAN el año pasado dejó nuevas y profundas divisiones.
Además, la oposición no participa en el trabajo parlamentario desde las elecciones legislativas de octubre de 2016.
No reconocen los resultados electorales de hace dos años hasta que se aclare una supuesta intentona golpista prorrusa en la jornada electoral, que la oposición ve como un “montaje” de Djukanovic para mejorar el resultado electoral de su partido.
Djukanovic, como nuevo presidente, mostró anoche su intención de trabajar para superar las divisiones en la sociedad, considerado por los analistas un difícil cometido.
El presidente electo dijo en su primer intervención tras las elecciones que tiende la mano a sus opositores para “homogeneizar los potenciales humanos y hacer frente con más fuerza y más éxito a los desafíos” que esperan a Montenegro.
“Si la mano tendida quiere decir que espera que pasen a su lado, o si les ofrece ser socios en la superación de las diferencias, no son la misma cosa. Veremos cuál de las dos será”, concluyó el analista político Milos Besic.(EFE).