Dormir y concentrarse, claves del funcionamiento del cerebro
Según el dicho popular “la práctica hace al maestro”. Esto, respecto a las neuronas, significa que cuanto más utilizamos nuestra mente más fortalecemos los neurocircuitos. Al menos esta ha sido la teoría imperante hasta el presente, pero hoy sabemos que la capacidad del cerebro para aprender no sigue estas mismas lógicas. Para un buen rendimiento cognitivo es todavía más importante lacapacidad de olvidar.
Los científicos lo conocen como “poda sináptica” y para entender cómo funciona debemos imaginar el cerebro humano como un jardín. En lugar de flores, frutas y verduras, germinan las conexiones entre las neuronas. Por otro lado, las células gliales son como los jardineros que entran en acción para acelerar las señales entre ciertas neuronas y para eliminar los resíduos.
Las células microgliales son las responsables de la poda de “malas hierbas” neuronales. Pero, ¿cómo saben qué debe ser eliminado? Los investigadores están empezando a resolver este misterio y saben que las conexiones sinápticas menos activas son señaladas con la proteína C1q. Cuando las células microgliales detectan esta proteína destruyen la sinapsis entre las neuronas. Así es como el cerebro hace espacio para que podamos aprender más.
En todo este proceso hay un componente imprescindible: el sueño. Cuando adquirimos nuevos conocimientos el cerebro construye nuevas conexiones, pero son ineficientes. Este órgano necesita podar una parte de las neuronas para construir nuevas vías más ágiles. Todo esto sucede cuando dormimos. El cerebro se limpia a sí mismo cuando descansamos y las células se encogen hasta en un 60% para dejar espacio para que las células gliales actúen.
Si alguna vez te has despertado después de una noche de sueño reparador y has notado una especial agilidad y claridad mental, esto es consecuencia de la poda de malas hierbas que el cerebro ha puesto en marcha mientras estabas dormido. En otras palabras: dormir adecuadamente nos facilita significativamente el aprendizaje. Es más, una siesta de solo 10 o 20 minutos puede ser muy beneficiosa para dejar actuar a las células microgliales.
Otro aspecto interesante es que cuando pensamos conscientemente sobre un tema las conexiones sinápticas relacionadas se riegan y se oxigenan mejor. Por el contrario, se marcan con la proteína C1q las conexiones deficientes, así que para aprovechar al máximo lacapacidad de nuestro cerebro es importante pensar con conciencia. En conclusión: somos lo que pensamos, siempre y cuando descansemos adecuadamente. (Tcb).