Gurría apuesta por un multilateralismo que no deje a nadie en la cuneta
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, subrayó hoy la necesidad del multilateralismo en un mundo globalizado e interdependiente, pero señaló que para ser viable tiene que preocuparse por actuar contra las crecientes fracturas sociales para no dejar a nadie en la cuneta.
Gurría, que abrió el foro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que sirve de aperitivo para la reunión ministerial anual, explicó que “en un mundo globalizado e interdependiente, la cooperación internacional es tal vez la única forma de mejorar nuestro bienestar”.
Pero al mismo tiempo, insistió en que “hay algo que no funciona” cuando un 1 % de la población mundial acapara la mitad de la riqueza y cuando dentro de los países de la OCDE el 10 % con mayores ingresos gana 10 veces más que el 10 % más pobre, una diferencia que se ha multiplicado por siete desde los años 1980.
Su constatación es que “los sistemas económicos nacionales e internacionales han dejado a demasiada gente en la cuneta”, y por eso la solución es “un multilateralismo más eficaz, más incluyente, más fiable”.
Afirmó que “el multilateralismo ha dado y sigue dando resultados”, y puso como ejemplo algunos trabajos en los que está implicada su organización, como la estandarización de dispositivos de control fiscal internacional para evitar la evasión o el dispositivo BEPS para que las multinacionales no eludan impuestos localizándose en el extranjero.
Contó igualmente que la OCDE está procediendo a una evaluación de los instrumentos internacionales que ha generado a lo largo de su historia (más de 450, de los cuales más de la mitad siguen en vigor). De los 260 examinados en seis meses, se ha decidido abandonar 32 por caducos y renovar 134 en el horizonte de 2021.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que felicitó a Gurría por el trabajo “excepcional” al frente del conocido como el “Club de los países desarrollados” que ofrece a los responsables políticos un conocimiento que les permite “comprender antes de actuar”.
“Tenemos la suerte de tener una organización internacional que permite trabajar en el multilateralismo”, y que además se preocupa “del largo plazo”, señaló Hidalgo, que puso como ejemplo los informes sobre el cambio climático que “habían preparado el terreno” para concienciar del problema antes de los Acuerdos de París.
La alcaldesa de origen español, que hizo de anfitriona en la ceremonia inaugural del foro, alabó igualmente el hecho de que Gurría haya puesto a numerosas mujeres en puestos de responsabilidad de la OCDE.
Uno de los asuntos que se abordarán hasta mañana es el de las consecuencias de la digitalización, en particular los desafíos que plantea para el mundo del trabajo.
Gurría hizo notar que un 14 % de los empleos en los países de la OCDE corren el riesgo de ser automatizados por la digitalización y además un tercio podrían sufrir “una profunda mutación”.
La OCDE presentó hoy un “marco de acción” en favor de un crecimiento incluyente, cuyo elemento estrella es un paquete de 24 indicadores que deben servir para evaluar las desigualdades y poner en marcha políticas que afronten la creciente fractura social.
En su informe “Oportunidades para todos”, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) parte de la constatación de un agravamiento de las desigualdades sociales que generan desconfianza en las instituciones e influyen negativamente en términos de productividad, crecimiento potencial y bienestar.
Por eso, insiste en que se necesita “un esfuerzo urgente y concertado” para que haya un crecimiento “más inclusivo y sostenible”.
Los 24 indicadores están agrupados en cuatro grupos, los dos primeros referentes a la medida del crecimiento con su reparto en la escala social, así como al carácter o no incluyente de los mercados.
Allí se miden, entre otras cosas, el producto interior bruto per cápita, la relación de ingresos entre el 20 % más rico y el 80 % restante, la mortalidad por la contaminación atmosférica, la tasa de pobreza relativa, el nivel de desempleo o la brecha de salarios entre hombres y mujeres.
El tercer bloque, sobre igualdad de oportunidades, integra las diferencias en los resultados en materias científicas de alumnos de diferente origen socio-económico, la proporción de niños de 0 a 2 años en guarderías, los jóvenes de 18 a 24 años que ni estudian, ni trabajan, ni están en formación o las diferencias regionales de esperanza de vida.
El último, sobre la gobernanza, examina la confianza en el gobierno, el nivel de abstención o la participación de mujeres en política.
La directora del gabinete de la organización, Gabriela Ramos, explicó que en una primera fase, el objetivo de esos instrumentos de medida es que cada país pueda establecer una evaluación de su situación.
A más largo plazo, conforme se vayan conformando bases de datos nutridas con esos indicadores -algo que por ahora no existe de forma estandarizada-, se trataría de poder establecer comparaciones entre los Estados miembros.
Para la OCDE, esta iniciativa se justifica porque los indicadores económicos más convencionales por sí solos no permiten describir en detalle el fenómeno de la brecha social, que no tiene una única dimensión en términos de ingresos o de riqueza.
A ese respecto, señala que los hijos de padres que no han finalizado la educación secundaria tienen sólo un 15 % de posibilidades de ir a la universidad, frente al 60 % de aquellos con alguno de los padres con título universitario. (Efe).