Íngrid Betancourt apoya a Gustavo Petro en la segunda vuelta de las elecciones colombianas
Al calor de un distendido café, Gustavo Petro, el candidato antiestablishment en las elecciones de Colombia, selló este martes el apoyo de Ingrid Betancourt, el rostro más visible de los políticos que pasaron largos años en la selva secuestrados por las FARC. Las encuestas señalan al exalcalde de Bogotá como el perseguidor en la carrera por la presidencia, que lo enfrenta con el senador uribista Iván Duque, favorito de cara a la segunda vuelta del 17 de junio. Desde esa posición, Petro ha recabado en los últimos días el llamativo respaldo de intelectuales y escritores, entre ellos el economista Thomas Piketty, mientras Duque ha apuntalado más apoyos en el mundo político.
Como vocera de perdón y reconciliación, el peso simbólico de Betancourt, quien viajó de París a Bogotá para anunciar su apoyo, es considerable. La exaspirante presidencial fue secuestrada durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) por las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), hoy desarmadas y convertidas en partido político. Permaneció seis años y medio en cautiverio antes de ser rescatada en una operación militar durante el mandato de Álvaro Uribe (2002-2010), cuando el presidente Juan Manuel Santos era ministro de Defensa.
En la década que ha transcurrido desde su liberación, ha residido la mayor parte del tiempo en Europa y se ha mantenido relativamente alejada de la vida pública, pero ha respaldado sin matices el proceso de paz con la extinta guerrilla. “Hay una marea de fondo que no quiere dejar volar la paloma de la paz. Quiere agarrarla, mantenerla”.
“Bienvenida Íngrid Betancourt a la Colombia Humana [la plataforma de Petro]. Nos une la esperanza y defender la paz. ¡El 17 de junio ganaremos!”, escribió Ángela María Robledo, aspirante a la Vicepresidencia con Petro, en su cuenta oficial de Twitter junto a un vídeo en el que aparecen conversando los tres. Betancourt, por su parte, subrayó que Petro recoge el voto de opinión y habló de una “gran alianza de centro”. Aunque se mostró elogiosa con Duque, destacó que representa “una visión de país que no cree en esta paz”.
Duque agrupó a la derecha en torno a la misma coalición que promovió el triunfo del no en el plebiscito sobre los acuerdos con las FARC, aunque ahora asegura que solo quiere incluir modificaciones, no “hacerlos trizas”. Su alianza originalmente representaba a los sectores conservadores liderados por Uribe y Pastrana, pero tras la primera vuelta -en la que obtuvo 39% de los votos frente a 25 % de Petro- ha sumado numerosas adhesiones de los partidos políticos. Entre ellos el paradójico respaldo del Partido Liberal del expresidente César Gaviria (1990-1994), que ha abanderado los acuerdos.
Además de la paz, la sombra de la crisis de Venezuela ha sido otro de los temas de una campaña que se ha caracterizado por la polarización entre los extremos del espectro político. Duque escenificó el mismo martes el respaldo de la férrea opositora venezolana María Corina Machado con un apretón de manos sobre la propia valla fronteriza, pues sobre ella pesa la prohibición de salir de su país. “Para salvar a nuestras naciones necesitamos que Iván Duque llegue a la presidencia”, dijo Machado.
En los sondeos de opinión publicados hasta ahora, Duque encabeza con entre 52 y 55 % de las preferencias, mientras Petro se ubica alrrededor del 35% y el voto en blanco cerca del 10%. (E).