Las mujeres aimaras abren su corazón en contra de la violencia gracias al teatro
La Paz.- El elenco boliviano de teatro Kory Warmis, conformado en su mayoría por mujeres aimaras, reflexiona desde sus propias vivencias la violencia contra la mujer para presentar la obra “Deja Vu, el corazón también recuerda”.
Las actrices del elenco compartieron entre ellas relatos de violencia en sus vidas y con base en sus historias se creó esta obra, que se presenta hoy por primera vez en el Festival Internacional de Teatro de La Paz (FITAZ).
“El proceso de esta obra ha sido hasta terapéutico, hemos llorado mucho al principio por las historias, pero ha sido un desahogo y nos ha hecho mucho bien, porque todas se han empoderado y esa es la fuerza del grupo”, dijo la directora de la obra, Erika Andia, en una entrevista con Efe.
La directora señaló que la obra lleva ese título porque de alguna forma todos hemos vivido una situación de violencia y en muchas historias de vida esta situación se repite una y otra vez, como unos golpes al corazón.
“Es algo que probablemente ya te ha pasado, creo que todos hemos vivido de alguna manera este tema de la violencia y que vamos rememorando siempre”, apuntó Andia sobre el título de “Deja Vu”, la sensación de estar viviendo de nuevo algo que ya te ha pasado antes.
La directora, junto al boliviano Freddy Chipana, logró la puesta en escena de esta obra en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez de La Paz con la participación de 17 mujeres, un hombre y tres niños, que van desde los 4 a los 70 años.
La obra relata la historia de una pareja que vive una situación de violencia y que se entrelaza con otras tramas que ayudan a evidenciar las distintas violencias en el país.
“La obra también muestra la violencia que viven los hombres, las personas adultas mayores y los jóvenes”, expresó Andia.
Durante la obra, las Kory Warmis, mujeres de oro en aimara, visten de blanco y sostienen ovillos de lana de colores y ruecas que se van entrelazando.
“La violencia es como una lana que se enreda y que te enreda y lastima, duele y mata”, relató la directora.
Andia destacó el compromiso de las actrices con la obra, con la temática y con sus ganas de mejorar en la actuación, ya que ninguna de ellas antes de este elenco “tuvo la oportunidad de acercarse a hacer teatro”.
Ellas se dedican a la artesanía, el comercio o la confección de ropa en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, que es la segunda mayor urbe de Bolivia, situada a más de 4.000 metros de altura en el altiplano, pero los días de ensayo dejan sus quehaceres para subir a las tablas.
Es más, una de ellas viaja tres horas desde su comunidad para ensayar, pero todas aseguran que vale la pena el esfuerzo.
“Varias de ellas, después de haber vivido una situación de violencia, y de haber salido de ese entorno, se consideran sobrevivientes y el teatro les ayudó a este cambio”, sostuvo la directora.
Con esta puesta en escena las Kory Warmis pretenden mostrar una “radiografía” de la situación de violencia en el país y evidenciarla a través del teatro.
“El teatro es un instrumento que nos sirve para expresar algunas cosas que queremos que cambien y eso estamos haciendo. Nosotras creemos que a través de nuestro arte podemos reflexionar a la gente y cambiar de alguna manera esta situación”, señaló.
El elenco, que ya tiene tres años de trayectoria, ahora trabaja en la traducción de sus obras al aimara, para llegar a las áreas rurales del país y llevar esta reflexión a más hombres y mujeres.
De acuerdo a un informe de la Coordinadora de la Mujer en Bolivia, al menos 447 mujeres han muerto a causa de violencia machista desde 2013 hasta enero de este año en el país.
El FITAZ inició el pasado 26 de abril y finaliza el 6 de mayo, con 32 obras de elencos de Bolivia, Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Italia, México, Paraguay, Perú y Uruguay.(EFE).