Por qué no irán los Obama a la boda de Harry y Meghan
Apesar de que mantienen una bonita amistad, parece que ha quedado confirmado que Barack y Michelle Obama no estarán presentes en la boda del Príncipe Harry y Meghan Markle. Después de meses de especulación y de análisis diplomáticos en donde se daban los pros y los contras a la invitación de la pareja estadounidense a la boda real, ha quedado claro que la asistencia de los Obama no podrá ser y todo debido a medidas de logística que serían muy complicadas para lograrlo.
Todo apunta a que se trata de un asunto de seguridad, debido a las complicaciones que implicaría tener a un presidente de Estados Unidos, presente o pasado, entre los invitados a este multitudinario evento. Esto por supuesto, no afecta en absoluto la amistad que el Príncipe ha formado con los Obama a través de los años, según ha dicho una fuente cercana a HELLO!: “Las parejas quieren verse”.
Esta misma fuente apunta a que la pareja no ha incluido a ningún líder político dentro de las invitaciones de su boda, fuera de aquellos con los que tienen una relación directa. Por ejemplo, se espera que el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, y su esposa Sophie se encuentren entre los asistentes. La relación con él comenzó cuando Harry organizó los Invictus Games en Canadá, país que también visitaron los Duques de Cambridge con el Príncipe George y la Princesa Charlotte en septiembre del 2016.
El Palacio de Kensington se ha pronunciado ya sobre la asistencia de mandatarios a la esperada boda. “Se ha decidido que una lista oficial de líderes políticos, tanto británicos como internacionales, no es necesaria para la boda del Príncipe Harry y la señorita Markle. El Gobierno de Su Majestad ha consultado esta decisión que fue tomada por la Casa Real”, se lee en el comunicado al respecto.
Se cree que la decisión de reducir la asistencia de personajes políticos es parte del plan de tener una boda más pequeña y cercana. Sobre esta misma línea va la petición de casarse en la capilla de St. George en el Palacio de Windsor en donde caben cientos de personas menos que en las locaciones de boda más vistosas para la familia –Westminster Abbey y la St. Paul’s Cathedral-. Se anticipa que a pesar de la espectacularidad que tiene una boda real, el enlace de Harry y Meghan sea más discreto del que tuvieron en 2011 el Príncipe William y la Duquesa de Cambridge, como corresponde, al ser el heredero al trono.