¿Qué es el tejido mamario denso?
Nuestros senos están compuestos por tres tipos de tejido: glandular (glándulas y conductos de la leche), conectivo (tejido fibroso que rodea los conductos y glándulas) y tejido adiposo.
Se consideran “densos” cuando tienen una gran cantidad de tejido conectivo y glandular y no mucho del tipo graso. Solo una mamografía puede determinar si tienes mamas densas. Ni tu médico ni tú (durante un autoexamen) pueden determinar su tamaño, forma, firmeza u otros factores, como tu IMC o tu peso.
¿Qué causa el tejido mamario denso?
Cuanto más jóvenes somos, más densos son nuestros senos, y a medida que envejecemos, nuestros senos tienden a volverse menos densos y más grasos. Este cambio gradual se debe a una disminución en nuestros niveles de estrógeno como parte del proceso natural de envejecimiento, particularmente durante la menopausia.
Sin embargo, tener mamas densas hasta bien entrada la edad adulta es común y afecta a aproximadamente la mitad de todas las mujeres; para ponerlo en perspectiva, se considera que 50 a 60 por ciento de las mujeres de 40 a 44 años tienen senos densos. Y algunas personas tienen una predisposición genética a ellas, por lo que si tu madre tiene senos densos, es probable que tú también lo hagas.
Lo que debes hacer
Tener senos muy densos plantea dos preocupaciones. En primer lugar, una mayor densidad se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama, aunque se desconoce el motivo exacto de ello.
En segundo lugar, si tienes cáncer de seno, puede ser más difícil diagnosticarlo en mamas densas porque los tejidos no grasos y el cáncer aparecen blancos en una mastografía.
Asegúrate de informarle a tu médico si tienes antecedentes familiares de cáncer de seno; es posible que te sugiera exámenes alternativos o adicionales, como un ultrasonido o una resonancia magnética.
En general, sin importar la densidad de tus senos, puedes reducir el riesgo de cáncer haciendo ejercicio regularmente, limitando tu consumo de alcohol y manteniendo un peso saludable. (WH).