Inteligencia, creatividad, emoción y memoria son algunas de las muchas cosas que gobierna el cerebro, además de ser un órgano formado por una gran masa de tejido nervioso que está protegido dentro del cráneo. A continuación de compartiremos ocho principales funcionesdel cerebro, parte central del sistema nervioso de los vertebrados. Por Elena Sanz.
Cerciórate de que nunca le falta oxígeno. Es extremadamente sensible a la escasez de dicho gas, mucho más que cualquier otra parte de tu cuerpo. Los dos hemisferios que lo dividen están separados por un surco llamado la fisura interhemisférica.También se le llama:fisura longitudinal.
1. RESPIRAR, COMER Y DORMIR
En las entrañas del cerebro existe una región muy primitiva, llamada hipotálamo, que se dedica a resolver cuestiones básicas para su supervivencia. Funciona como un centro de control que regula el sueño, la respiración, el pulso, el hambre, la sed, la temperatura corporal, el deseo sexual y la agresividad.
Cuando las tripas te rugen de hambre, el hipotálamo secreta el neuropéptido Y, esa hormona que te para los pies delante del escaparate de una panadería o te hace segregar jugos gástricos. En caso de que el agua corporal escasee, lanza un disparo de hormona antidiurética, que retiene lípidos y te hace buscarla ansiosamente. Si se te eleva la líbido, el hipotálamo produce la afrodisiaca kisspeptina. Y su marcapasos interno –– el núcleo supraquiasmático del hipotálamo –– marca con un suave tictac el ritmo de sueño-vigilia.
2. PERCEPCIÓN
Vista, oído, olfato, gusto y tacto. Esos son los nombres de los cinco sentidos clásicos. Juntos forman la interfaz de usuario gráfica que le mantiene en contacto con el exterior. El quinteto proporciona estímulos constantes del exterior a partir de los cuales tu cerebro construye la realidad. Para ello, sólo suele utilizar una parte de los datos reales y rellena los huecos. Esta estrategia te libera de procesar información innecesaria y acelera el pensamiento. Al fin y al cabo, para que pudieras percibir lo que te rodea tal y como es, tus sesos tendrían que ser tan grandes como un edificio, algo que no resultará práctico.
En la versión de cerebro humano del siglo XXI, que es la que estás utilizando, la vista consume más recursos que ningún otro sentido. Los neurobiólogos calculan que 30% de la corteza se emplea para interpretar lo que perciben los ojos, muy por encima del 8% que dedicas a la información táctil y el 3% destinado a escuchar. La versión del encéfalo de nuestros ancestros del Paleolítico se centraba más en el olfato, pues su supervivencia dependía de él. Por eso, los olores, antes de llegar a las áreas conscientes del cerebro, se dan una vuelta por el hipocampo, donde reside en parte la memoria; y por la amígdala, de donde emergen cargados de matrices emocionales.
3. MEMORIA
Tu órgano pensante tiene una capacidad de almacenamiento de varios millones de gigabytes. Para que te hagas una idea más exacta, tu encéfalo podría llegar a guardar unos 4,700 millones de libros, o 670 millones de páginas web.
Recordar es importante, pero tanto o más lo es olvidar; esto es, deshacerte de los datos que no te hacen falta. De ello se ocupan la corteza prefrontal y el hipocampo. Eso sí, según estudios recientes, para conseguirlo tendrás que desarrollar un mayor esfuerzo mental y dedicar mucha más energía que para memorizar algo.
4. TOMA DE DECISIONES
¿Playa o montaña? ¿Manzana o pastel? ¿Rojo o violeta? violeta? ¿Respondo a su insulto o mejor me callo? ¿Compro o no? Para tomar las pequeñas y grandes elecciones de tu día a día pon a funcionar la corteza prefrontal. Si tu decisión implica sopesar pros y contras, no elijas nunca bajo un fuerte estrés, porque el cortisol te empujará a escoger opciones arriesgadas. Sin embargo, te vendrá bien decidir con la vejiga llena, porque, según un reciente estudio, en esas circunstancias tu elección suele implicar mayor recompensa a largo plazo.
Cuando se trata de un asunto especialmente importante, la neurociencia ha demostrado que eliges mejor si, en lugar de valorar concienzudamente todas las opciones, dejas que sea tu pensamiento inconsciente el que escoja. Asimismo, es más probable que aciertes si decides de forma colectiva o después de ingerir una bebida carbonatada dulce.
5. INTELIGENCIA
Una de las más importantes funciones del cerebro es la inteligencia. La capacidad de comprender y resolver problemas no depende del tamaño del encéfalo. De ser así, los elefantes, con sus cerebros de 5 kilos, serían auténticos genios si los comparáramos con los seres humanos. Y, sin embargo, nuestra especie se mantiene instalada en lo más alto del pódium de la inteligencia… al menos por el momento.
Si aún sigues pensando que, en cuestión de cerebros, grande es sinónimo de listo, debes saber que estás en un error. Tal mito se disipó tras la muerte de Albert Einstein, en 1955. Cuando los médicos examinaron el encéfalo de este físico encontraron que era más pequeño que la media, pero tenía una organización bastante más compleja, especialmente en zonas dedicadas al razonamiento. Estudios posteriores han confirmado que la agudeza mental depende, sobre todo, de lo bien estructurada que esté la corteza, el mesencéfalo y el cerebelo, y de que exista una densa conexión entre la materia blanca y gris.
6. EMOCIONES
El sistema límbico del cerebro manjes un abanico de 27 emociones interconectadas entre sí: admiración, adoración, asombro, embelesamiento, aprecio estético, diversión, ansiedad, incomodidad, aburrimiento, calma, confusión, anhelo, aversión, dolor empático, envidia, emoción, miedo, horror, interés, alegría, nostalgia, romance, tristeza, satisfacción, deseo sexual, simpatía y triunfo.
No todas son igual de importantes para este órgano. Por ejemplo, al observar un rostro, procesará más rápido los gestos de felicidad y asombro que los relacionados a la tristeza o miedo.
7. ESPIRITUALIDAD
Tanto los sesos de una religiosa católica rezando como los de un monje budista meditando muestran una baja actividad de la región parietal del córtex cerebral, una zona que suele relacionarse con la conciencia del yo y la propia identidad, en la que el neurocientífico Marc Potenza, de la Universidad de Yale (EUA), sitúa las experiencias espirituales. Durante las mismas, se reduce la actividad del ego.
8. CREATIVIDAD
Si quieres sacarle el máximo partido a esta función y desarrollar ideas originales, no te esfuerces demasiado. En las ocasiones en que tu cerebro parece encontrarse ocioso, sus neuronas asociativas –tres cuartas partes de todas las células nerviosas humanas– bullen de actividad. Aunque siempre trabajan en segundo plano, lo dan todo precisamente cuando hacemos algo tan banal como ducharnos, juguetear con el bolígrafo o pensar en las musarañas. Al conectar informaciones distintas, favorecen que se genere un efecto eureka y encuentran soluciones inesperadas a problemas difíciles. (M).
Tu alimentación y tu mente están estrechamente conectadas y por ello, existen determinados tipos de comida perjudiciales para tu cerebro que te recomendamos no consumir en la medida de lo posible. Quitándolos de tu dieta, tu organismo te lo agradecerá.
Al igual que existen alimentos con gran potencial para aliviar el estrés y la ansiedad, recomendables para estimular tu energía, ideales para mejorar tu memoria y concentración o excelentes para la inteligencia y la preservación de tus capacidades cognitivas, en la otra cara de la moneda también se hallan determinados tipos de comida nada aconsejables para las facultades de tu mente.
La calidad de tu dieta está directamente relacionada con tu salud y el óptimo funcionamiento de tu cerebro, al que deberías dotar de los denominados superalimentos siempre que puedas para potenciar todas sus capacidades, intentando equilibrar la dieta en base a la pirámide nutricional.
¿Qué tipo de alimentos deberías borrar de tu dieta?
Determinados tipos de comida son particularmente dañinos para tu mente. Uno de ellos es el azúcar añadido, que reduce tu capacidad de aprendizaje y afecta negativamente a la memoria, pudiendo ocasionar diversos problemas neurológicos y riesgos cardiovasculares.
Si eres fanático de las cadenas de comida rápida, también debería sonar la alarma, ya que esta clase de alimentación industrial reduce la motivación y la memoria y puede provocar síntomas similares al síndrome de abstinencia, como la depresión y la ansiedad. Además, está directamente relacionada con el problema global de la obesidad en las sociedades desarrolladas.
Las grasas trans también suponen otro grave peligro para tu cerebro, ya que su ingesta elevada puede provocar la contracción de dicho órgano y fomentar la aparición de enfermedades degenerativas como el Alzheimer, sin olvidar que ocasionan sobrepeso y problemas para el corazón. En el caso del cerebro, las grasas trans te hacen más lento, reducen tu capacidad de respuesta e incrementan el riesgo de derrame.
Otros de los enemigos para tu cerebro son los alimentos procesados, que contienen niveles altos de azúcar, fructosa, sodio o las mentadas grasas trans y cuyo consumo afecta negativamente al sistema nervioso central e incrementa los riesgos de padecer trastornos neurodegenerativos. Tampoco es positivo comer comida frita ni carbohidratos simples, siendo más recomendable decantarte por los complejos, caracterizados por un valor nutricional más alto y presencia de fibra y vitaminas que tardan más en asimilarse, aportando energía más duradera.
Hace unos años sonaría a episodio de Black Mirror, pero lo cierto es que la conexión entre tecnología y cerebro está cada vez más próxima debido a los estratosféricos avances en materia de computación.
Encontramos ejemplos como el Bryan Johnson, que ha diseñando un microchip que puede instalarse en el cerebro para corregir daños neuronales provocados por enfermedades como el Alzheimer, el proyecto de comunicación cerebro-cerebro llamado Silent Talk y financiado por DARPA, las interfaces cerebro-ordenador, el biohacking o las iniciativas de implantes para controlar cosas con la mente o incluso, conectarla con la nube.
Ahora, China ha dado un gran paso adelante presentando Brain Talker, un chip que sugiere que las interfaces cerebro-computadora (BCI) son dispositivos que proporcionarán pronto una línea directa de comunicación entre el cerebro y una computadora.
El diseño nace de una colaboración entre la Universidad de Tianjin y la estatal China Electronics Corporation. Gracias a ambos ha podido ver la luz este “Brain Talker”, un chip de ordenador diseñado específicamente para su uso en BCI (Brain–computer interface).
“Las señales transmitidas y procesadas por el cerebro son abrumadoras”, dijo el investigador de la Universidad de Tianjin, Ming Dong. “Este BC3 [chip de códec cerebro-computadora] tiene la capacidad de discriminar las señales eléctricas neuronales y decodificar su información de manera eficiente, lo que puede aumentar la velocidad y la precisión de las interfaces cerebro-computadora”. Ming cree que el chip podría ayudar a sacar a los BCI de los laboratorios y masificar su uso en otras aplicaciones.
“Las interfaces cerebro-computadora tienen un futuro prometedor. La tecnología BCI de The Brain Talker Chips Advances permite que sea más portátil, portátil y accesible para el público en general”, señala el comunicado oficial. (Tcb).
Madrid.- Personajes como Pikachu, Bulbasaur o Wobbuffet forman parte de la vida de una generación de niños que pasaron horas jugando con los Pokémon. Una actividad que dejó huella en su cerebro, donde tienen una zona que se activa cuando vuelven a ver esas imágenes.
Un equipo de psicólogos de la estadounidense Universidad de Stanford publicó hoy lunes un informe en la revista Nature Human Behavior en el que hablan sobre la activación de esa zona del cerebro.
Los resultados ayudan a saber más sobre dos misterios relacionados con el sistema visual. ¿Por qué hay regiones cerebrales que responden ante palabras y caras, pero no a otros estímulos, y por qué aparecen en el mismo lugar en el cerebro de todas las personas?
Estudios previos con monos establecieron que para que en la corteza visual se desarrollen regiones dedicadas a una nueva categoría de objetos, la exposición a ellos debe empezar desde pequeños, cuando el cerebro es especialmente maleable y sensible a la experiencia visual.
El equipo se preguntó si eso se produce también en humanos y buscaron cómo probarlo. Así, el autor principal del estudio, Jesse Gómez, recodó que cuando tenía seis años empezó a jugar con los Pokémon durante horas y lo hizo toda su infancia. Además esos personajes se diferencian mucho de cualquier objeto de la vida diaria.
Si la exposición en la infancia es fundamental para que se desarrollen zonas específicas en el cerebro, el de Gómez y otros muchos niños de su generación debería tener una respuesta mayor ante un personaje de Pokémon que ante otros estímulos.
En el juego hay cientos de personajes “y tienes que saber todo de ellos para jugar con éxito. El juego te recompensa por identificar a cientos de estos pequeños personajes que se parecen”, por lo que “si no tienes una región (del cerebro) para ellos, entonces no la habrá para nada”, indicó Gómez en un comunicado de la Universidad.
El juego, cuya primera versión salió en 1996, no solo exponía a los niños a los mismos personajes una y otra vez, sino que además les daba una recompensa cuando ganaban.
Además, todos jugaban en el mismo tipo de aparato y lo sostenían, más o menos, a la misma distancia de la cara, circunstancia que servía a los psicólogos para comprobar una teoría visual llamada “sesgo de excentricidad”.
Dicha teoría indica que el tamaño y la ubicación de una región en el cerebro dedicado a una determinada categoría depende de qué cantidad del campo visual ocupan esos objetos y de qué parte de la visión -central o periférica- usamos para verlos.
Finalmente se formó un grupo de once adultos, entre ellos Gómez, que en su infancia habían jugado mucho a los Pokémon, a los que se les sometió a un escáner mientras les enseñaban cientos de imágenes de personajes del juego.
El resultado fue que sus cerebros respondían más a esas imágenes en comparación con el grupo de control que no había usado ese videojuego en su infancia.
En todos ellos se activaba además la misma zona cerebral, el giro fusiforme, que está situado detrás de los oídos y que es una región que normalmente responde a las imágenes de animales, a los que los Pokémon se parecen.
Para los padres que pudieran ver en este estudio una prueba de que los videojuegos pueden dejar un efecto duradero en el cerebro de sus hijos, Gómez señaló que las personas que se sometieron a la prueba “todos tenían doctorados”. (EFE).
México.- La exposición excesiva al sol puede provocar golpes de calor los cuales pueden derivar en daños al cerebro, corazón, riñones y músculos, señaló este viernes un experto.
“Estar expuesto de manera prolongada a altas dosis de radiación solar puede tener consecuencias”, dijo el médico representante del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de México, Antonio Leyva Islas.
El especialista explicó que la excesiva exposición al calor puede provocar afectaciones “de leves a severas”, las cuales van desde confusión, agitación, problemas en la dicción, irritabilidad, delirio, hasta convulsiones y estado de coma.
También, dijo, se pueden presentar náuseas, vómito, piel enrojecida y respiración acelerada “ya que el organismo trata de enfriar nuestro cuerpo y lo hace a través de la respiración y sobre todo los vasos sanguíneos”.
Además, explicó que al funcionar la piel como “un radiador, parecido al de los carros, los vasos se abren para tratar de perder calor y ello implica que el corazón lata más rápido”.
Es por ello que las personas que tienen afectaciones cardíacas o pulmonares pueden presentar la sintomatología mucho antes de llegar a los 40 grados centígrados en su cuerpo.
Leyva Islas explicó que el “golpe de calor” se genera cuando el cuerpo humano alcanza más de 40 grados centígrados, tres más de lo que regula el sistema nervioso central.
Indicó que los niños menores de cinco años y los adultos mayores de 60 años son los grupos con mayor riesgo cuando hay “golpe de calor” porque pierden estabilidad para regular la temperatura corporal.
Del mismo modo, dijo que los pacientes que toman diuréticos, medicamentos para el corazón y las personas con problemas mentales y crisis convulsivas tienen un riesgo más elevado que otras personas.
Ante un “golpe de calor”, recomendó en primer lugar quitar a las personas de la exposición de los rayos solares, ponerlos a la sombra, incluso meterlos a una bañera o ducharlos con agua fría.
También se les debe colocar compresas frías o hielos en la espalda, axilas y regiones inguinales para tratar así de bajar la elevada temperatura corporal, hasta revisar, con un termómetro, que esta vaya a la baja.
Si no hay mejoría, se debe acudir a un centro hospitalario ya que el daño por “golpe de calor” puede llevar a la muerte.
El especialista hizo un llamado a tomar precauciones, no exponerse a los rayos solares en las horas de mayor intensidad calorífica, usar bloqueadores solares, sombreros y sombrillas.
Asimismo, tomar suficiente agua para mantenerse hidratados y tener especial cuidado con niños y adultos mayores.
En los últimos años, tanto en primavera como en verano, en la Ciudad de México y en distintos estados del país se han registrado días y etapas con altas temperaturas. (EFE).
Una investigación que será publicada en la revista JNeurosci, ha sido capaz de rastrear la parte del cerebro que es responsable de generar sentimientos de ira en las personas que duermen.
Y es que con este estudio, los investigadores creen que han identificado un patrón de actividad cerebral que predice la ira experimentada durante los sueños. Si se demostrase cierto, este estudio podría explicar las bases neuronales del contenido emocional de las pesadillas, que suelen estar asociadas con trastornos mentales y del sueño como la ansiedad, la depresión y el insomnio.
En esta prueba, realizada por el investigador Pilleriin Sikka, y también por sus socios de la Universidad de Turku(Finlandia), Universidad de Skövde (Suecia) y la Universidad de Cambridge (UK), se ha descubierto un mecanismo emocional compartido entre los dos estados de conciencia.
Para ello, los investigadores obtuvieron grabaciones de electroencefalografía de 17 individuos sanos durante dos noches separadas en un laboratorio de sueño. Después de que los pacientes alcanzaron el sueño REM (Rapid Eye Movement), fueron despertados por los investigadores y les pidieron que describieran sus sueños y calificaran las emociones que experimentaron.
Muchos participantes señalaron sentirse enfadados teniendo una mayor actividad neuronal en la mitad derecha de su corteza frontal, lo que sugiere que esa parte del cerebro es la responsable del mal sueño.
El estudio tiene sus limitaciones, sobre todo porque se ha llevado a cabo en condiciones de laboratorio, pero los investigadores señalan que sus hallazgos brindan apoyo a las teorías según las cuales soñar es una simulación realista de la vida de vigilia. (Tcb).
Científicos han logrado desarrollar un nuevo material cuántico capaz de entender a nuestro cerebro, y también de transferir información.
Investigadores de la Universidad de Purdue (Estados Unidos) y el Laboratorio Nacional de Argonne han logrado diseñar un nuevo material que puede escuchar a nuestro cerebro. En concreto este material sería capaz de detectar enfermedades neurológicas como el Parkinson en sus etapas tempranas.
De esta manera, este material cuántico sería capaz de entender las comunicaciones internas del cerebro y lo haría a través de átomos de las distintas neuronas que participan en la liberación de neurotransmisores.
Cabe aclarar que esta investigación se encuentra en las primeras etapas, pero nos ayudaría a recuperar un cerebro dañado o incluso a conectar personas a una computadora para realizar un seguimiento de métricas de salud profundas y así poder atajar enfermedades neurológicas antes de tiempo.
El nuevo material cuántico sido descrito en la revista Nature Communications como “una red de níquel” que sería capaz de traducir directamente las señales electroquímicas del cerebro en actividad eléctrica y ser interpretadas por una computadora.
De momento este nuevo material solo puede detectar la actividad de algunos neurotransmisores por lo que la idea de cargar o recuperar un cerebro entero está aún lejos. Evidentemente si la tecnología progresa, los investigadores serían capaces de utilizar este material para detectar enfermedades neurológicas o incluso para almacenar recuerdos.
Una reciente investigación publicada en la revista Frontiers in Neuroscience sugiere que consumir más café protege al cerebro frente a la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
Repasando los beneficios del café avalados por la ciencia, en otras ocasiones hemos sacado a la luz un estudio acerca de su capacidad para reducir los daños hepáticos causados por el alcohol, investigaciones sobre su poder para alargar la vida o la protección del hígado. Por otra parte, cabe subrayar previamente que consumirlo en exceso tiene repercusiones negativas en nuestro organismo como la aparición de úlceras, la acidez estomacal o las migrañas y la hipertensión.
Ahora, un nuevo estudio publicado el mes pasado en la revista Frontiers in Neuroscience sugiere una correlación entre el aumento del consumo de café y una mejor capacidad cerebral, resultando clave para combatir algunas enfermedades cerebrales y neurodegenerativas graves, como el Alzheimer o el Parkinson.
“El consumo de café parece tener cierta correlación con un menor riesgo de padecer ambas enfermedades” reveló Donald Weaver, codirector del Instituto del Cerebro Krembil en la Universidad de Toronto y uno de los autores del estudio. Para ahondar en ello los responsables analizaron químicamente el café con el propósito de buscar las sustancias responsables de este beneficio. Y sorprendentemente, se toparon con que la cafeína no tenía nada que ver. De hecho, la correlación con la mejora cerebral y la protección ante el Alzheimer o el Parkinson se hallaba de igual manera en el café descafeinado.
El secreto reside en un compusto químico llamado fenilindano, que se crea durante el proceso de tostado y que es capaz de detener en el cerebro la acumulación de dos proteínas tóxicas, llamadas tau y beta-amiloide, relacionadas con la enfermedad de Alzheimer y el Parkinson. Cuánto más oscuro es el café tostado, más fenilindanos contiene.
¿Sabías que el cerebro de los seres humanos se encoge con la edad? Estudios científicos han demostrado que nuestro cerebro va perdiendo volumen y se va haciendo más ligero en la vejez, llegando a perder una media de un 15% de su peso original a los 80 años. Esta reducción puede ser incluso mayor en el caso de personas que sufren enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
Si quieres reducir el impacto de este proceso natural, un nuevo estudio revela que es posible hacerlo gracias a la dieta. La investigación la ha llevado a cabo el hospital universitario Erasmus University Medical Center de Rotterdam (Países Bajos) y sugiere que comer determinados alimentos ayuda a evitar que el cerebro encoja.
El estudio, publicado en la revista Neurology, analiza la evolución de un total de 4.213 pacientes durante diez años, desde 2005 a 2015. Los investigadores evaluaron la dieta de los participantes y escanearon su cerebro mediante resonancia magnética para obtener información sobre el volumen de tejido cerebral y otros detalles de interés.
“Encontramos que una dieta de mejor calidad se relaciona con un mayor volumen cerebral, volumen de materia gris, volumen de materia blanca y volumen hipocampal”, afirma Meike W. Vernooij, uno de los autores del trabajo. “La ingesta alta de verduras, frutas, granos integrales, nueces, productos lácteos y pescado, y la baja ingesta de bebidas que contienen azúcar, se asociaron con volúmenes cerebrales más grandes”.
Por tanto, las conclusiones de este estudio sugieren que llevar una dieta sana y rica en alimentos cargados de nutrientes es fundamental para garantizar la buena salud del cerebro. Además, también es recomendable reducir la ingesta de comida basura, alimentos ultraprocesados o con grandes cantidades de azúcar.
A continuación te dejamos una lista de los alimentos que evitan que el cerebro se reduzca, así como otros que ralentizan su envejecimiento:
La popularización de las redes sociales no solo ha afectado a nuestra forma de comunicarnos y comportarnos, sino que también está teniendo una respuesta biológica. Estudios científicos revelan que el uso de estos canales de comunicación está produciendo cambios en nuestro cerebro, y a continuación te vamos a contar cuáles algunos de los más notables.
Una de las formas en las que las redes sociales están cambiando tu cerebro es produciendo daños en la materia blanca. ¿Cuántas veces has empezado a ver vídeos en YouTube o Instagram y has perdido la noción del tiempo? No eres el único: entre el 5 y el 10% de los usuarios son incapaces de controlar el tiempo que pasan conectados a Internet.
Aunque se trata de una adicción psicológica y tiene muchas diferencias con las adicciones físicas a las sustancias, los escáneres cerebrales de las personas con este problema muestran un deterioro similar en las mismas zonas que los drogodependientes. En concreto, se aprecia una clara degradación de la materia blanca en las regiones que controlan el procesamiento emocional, la atención y la toma de decisiones. Esto es debido a que las redes sociales ofrecen una recompensa inmediata con muy poco esfuerzo, lo que hace que el cerebro se reestructure para desear cada vez más cantidad de este estímulo.
Otro de los cambios que las redes sociales producen en el cerebro lo observamos en la multitarea. A diferencia de lo que a priori podemos pensar, las personas que más utilizan Internet o los medios de comunicación sociales no son más eficientes a la hora de realizar varias tareas a la vez. Diversos estudios muestran que el aumento de la multitarea online reduce la capacidad del cerebro para filtrar las interferencias, y en ocasiones también puede dificultar la memoria.
En tercer lugar, otra prueba que revela que la tecnología está contribuyendo a reestructurar nuestro sistema nervioso es el conocido como síndrome de la vibración fantasma. Seguro que alguna vez has tenido la sensación de que te vibraba el móvil pero en realidad solo eran imaginaciones tuyas. Pues no eres el único: el 89% de los participantes en un estudio admitió haber padecido el síndrome de la vibración fantasma al menos una vez cada dos semanas, lo que pone de manifiesto que nuestro cerebro está experimentando cambios por el uso del smartphone.
Por otra parte, las redes sociales provocan una liberación de dopamina, un neurotransmisor que tiene muchas funciones en el cerebro pero que es conocido principalmente por su papel en las sensaciones placenteras. Mediante el uso de imágenes por resonancia magnética, diversos estudios científicos han comprobado que los focos de recompensa del cerebro se activan más cuando hablamos de nosotros mismos. En una conversación cara a cara tenemos entre un 30 y un 40% de posibilidades de hablar de nuestras propias experiencias, mientras que en las redes sociales el porcentaje se eleva al 80%, por lo que el uso de redes sociales nos resulta más placentero.(CH).
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