sábado 07 septiembre 2024
Phoenix Mediosmartes 23 junio, 2020
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Washington(EFE).- El libro que publica este martes John Bolton, el exasesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, describe una política confusa y vacilante hacia Venezuela, con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lleno de dudas sobre su respaldo a Juan Guaidó y la eficacia de la estrategia.

“The Room Where It Happened: A White House Memoir” (La habitación donde sucedió: una memoria de la Casa Blanca), como se titulan las memorias del polémico exasesor de Trump, llega este martes a las librerías de EE. UU. tras los intentos frustrados de la Casa Blanca de impedir su publicación, y el extenso capítulo que dedica a la estrategia estadounidense en Venezuela comienza con un duro veredicto.

“Fracasamos a la hora de cumplir el estándar” necesario para hacer frente a la crisis política en Venezuela, escribe Bolton, quien cree que a Washington le faltó la “persistencia” y la presión “coherente, sin cuartel e implacable” que podrían haber resultado en el derribo del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

REPARTO DE CULPAS SIN AUTOCRÍTICA

“El presidente dudó y titubeó, lo que exacerbó los desacuerdos internos del Gobierno en lugar de resolverlos, e impidió repetidamente nuestros intentos de poner en práctica una política”, añade Bolton, según una copia de su libro revisada por Efe.

El exasesor no solo culpa de ese fracaso a Trump, sino también a la reticencia a imponer sanciones de su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y a las “trabas burocráticas” del Departamento de Estado; pero apenas ejerce la autocrítica, a pesar de que la política hacia Venezuela estaba principalmente en sus manos.

Bolton, una de las figuras más conservadoras de Washington, asesoró a Trump entre marzo de 2018 y hasta que el mandatario le despidió en septiembre de 2019, un periodo en el que puso a la Casa Blanca en pie de guerra contra lo que definió como una “troika de la tiranía” en Venezuela, Cuba y Nicaragua.

“El Gobierno de Trump tenía enfrente una avalancha de facturas por pagar en Latinoamérica, y no estaba preparado para manejarlas”, afirma Bolton respecto a la “creciente influencia rusa, china, iraní y cubana en el continente” y a su deseo de reactivar la doctrina Monroe, que atribuía derechos unilaterales a EE. UU. en la región.

El asesor de Trump encontró una excusa para desarrollar esa prioridad en agosto de 2018, cuando el mandatario le pidió durante una reunión que se centrara en derribar a Maduro y agregó: “Esta es la quinta vez que lo he pedido (a mi Gobierno)”.

VENEZUELA “ES PARTE DE EE. UU.”

Trump acompañó esa petición de lenguaje bélico: pidió desarrollar opciones militares y opinó que debería quedarse con Venezuela porque “en realidad es parte de EE. UU.”, según Bolton, a quien el ex jefe de gabinete de la Casa Blanca John Kelly le advirtió de que al mandatario le parecería “cool” invadir el país.

Esa amenaza de Trump de intervenir en Venezuela, que el mandatario ya había expresado públicamente un año antes, y su presunta impaciencia por lograr una victoria en ese país contrastaba con su “periódica” solicitud de concertar una reunión con Maduro, una idea que su equipo consideraba contraproducente.

El mandatario rescató esa idea esta semana en una entrevista con el portal Axios, pero después matizó en un tuit que solo se reuniría con Maduro para negociar su “salida pacífica del poder”.

Trump también ha dado recientemente señales de frialdad hacia Guaidó, y el libro de Bolton retrata a un presidente lleno de dudas sobre la idea de respaldar a ese líder opositor como presidente interino de Venezuela, algo que Estados Unidos hizo el 23 de enero de 2019.

DUDAS SOBRE GUAIDÓ, INTERÉS EN EL PETRÓLEO

El 21 de enero, Bolton trató de persuadir a Trump de respaldar a Guaidó en cuanto se declarara presidente; pero el mandatario “dudaba de que Maduro fuera a caer, y dijo que era ‘demasiado listo y demasiado duro'”, lo que contradecía su afirmación pública de que el chavismo “podría ser derribado muy rápidamente por los militares”.

Al día siguiente, Trump pidió “garantías respecto a quién tendría acceso a los recursos petroleros de Venezuela en la era pos-Maduro”, algo que Bolton consideró una “extralimitación” impropia de un Gobierno democrático como el de Estados Unidos.

Fue una delegación de congresistas la que convenció finalmente a Trump de “respaldar inequívocamente a Guaidó”, pero el mandatario tuvo dudas sobre su decisión solo 30 horas después de anunciarla.

“No me gusta dónde estamos. El Ejército entero le respalda (a Maduro). Siempre he dicho que Maduro es duro. Este niño (Guaidó), nadie ha oído hablar de él”, dijo Trump a Bolton el 24 de enero.

EL “PROBLEMA” DEL ANILLO DE MATRIMONIO

Esa impresión de Trump fue reforzándose con el tiempo, y un detalle aparentemente nimio se convirtió en una fijación: la esposa de Guaidó, Fabiana Rosales, no llevaba una alianza de matrimonio cuando visitó la Casa Blanca el 27 de marzo.

Para Trump, eso se convirtió en una prueba de que Guaidó era “débil”, y a menudo se refería al “problema” del anillo en sus conversaciones con Bolton, además de apodar al líder opositor como “el Beto O’Rourke de Venezuela”, en referencia a un excongresista demócrata que perdió su batalla por el Senado y la Casa Blanca.

El presidente ruso, Vladímir Putin, se aprovechó de esa coyuntura al comparar a Guaidó con la rival electoral de Trump en 2016, Hillary Clinton, por su presunto intento ilegítimo de acceder al poder, durante una llamada telefónica en mayo que convenció al mandatario de congelar la imposición de nuevas sanciones a Maduro.

“UN SALVAVIDAS” PARA MADURO

Para Bolton, sin embargo, el fracaso de la política hacia Venezuela no solo se debió a Trump, sino a los desacuerdos internos en el Gobierno que ralentizaron las decisiones sobre sanciones y “equivalieron a darle un salvavidas a Maduro”.

“Nuestra lentitud y falta de agilidad eran como regalos del cielo para el régimen de Maduro y sus apoyos cubanos y rusos (…). Era doloroso verlo”, sostiene.

El exasesor expresa su “frustración” por el descalabro del levantamiento militar encabezado por Guaidó el 30 de abril, que Washington no esperaba hasta más tarde y que se “adelantó”, según Bolton, porque Cuba se enteró de los planes de la oposición.

Bolton atribuye el fracaso del plan a la influencia cubana, “la cobardía de varios líderes” chavistas “que prometieron actuar pero se echaron atrás a última hora” y “algunos errores tácticos de la oposición”, pero también a la decisión de Trump de “cerrar la embajada en Caracas”, que privó a EE. UU. de “ojos” sobre el terreno.

EL MISTERIO DE LAS “5.000 TROPAS A COLOMBIA”

Además, Bolton resuelve el misterio de la frase “5.000 tropas a Colombia” que escribió en un bloc de notas con el que compareció ante la prensa en enero de 2019: “(Trump) preguntó si deberíamos enviar cinco mil tropas a Colombia por si las necesitábamos, y yo lo escribí en un cuaderno para preguntar después al Pentágono”.

“‘Ve a divertirte con la prensa’, me dijo entonces Trump”, recuerda Bolton, quien deja entrever que el mandatario se refería a la rueda de prensa que ya estaba programada y no a una exhibición intencionada de la frase sobre las tropas.


Phoenix Mediossábado 1 febrero, 2020
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Washington(EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, se asoma este fin de semana al final de su juicio político, cuyo resultado promete envalentonarle de cara a las elecciones de noviembre y atarle todavía más a un Partido Republicano que ha aparcado por completo sus dudas sobre el mandatario.

Con la comparecencia de testigos como el exasesor presidencial John Bolton descartada en una ajustada votación el viernes, no se esperan nuevos baches que impidan que, en otro voto en el Senado el próximo miércoles, Trump quede absuelto de los dos cargos que enfrenta por sus presiones a Ucrania.

UN JUICIO POLÍTICO EXPRÉS

Consciente de que solo un milagro podría hacer que una veintena de republicanos cambien de bando y den a los demócratas la mayoría de dos tercios que necesitan para destituirle, Trump confía en que el resultado del “impeachment” refuerce sus opciones de reelección, en un país aún más polarizado que al inicio del proceso.

“¡Los números de Trump en las encuestas son los más altos desde su elección, a pesar de las constantes farsas y cazas de brujas (de los demócratas)!”, escribió Trump este sábado en Twitter.

El mandatario se refería a la media de encuestas que elabora la web RealClearPolitics, que esta semana reflejó su popularidad entre el 45 % de los estadounidenses, la proporción más alta desde febrero de 2017, al comienzo de su Presidencia, aunque no desde su elección.

Trump tiene razones para cantar victoria: el que se cerrará el miércoles será un juicio político exprés, tres semanas más corto que el que protagonizó en 1999 el entonces presidente Bill Clinton, y el primero de los quince celebrados en la historia de EE.UU. que no ha incluido la convocatoria de testigos o documentos en el Senado.

Es, ante todo, una prueba del control de Trump sobre su partido y un reflejo de la evolución de los republicanos, que al comienzo de su Presidencia le veían mayoritariamente con recelo y que ahora cierran filas prácticamente sin fisuras en torno al presidente.

“Si quedaba alguna duda de que el Partido Republicano se ha convertido en el partido del señor Trump, se ha disipado casi del todo durante el juicio político”, escribió este sábado el editor en Washington del diario The Wall Street Journal, Gerald Seib.

La inminente absolución de Trump supondrá además un visto bueno a los pasos que ha dado para absorber poder a la rama legislativa: primero, con la aparente retención por motivos políticos de la ayuda a Ucrania que aprobó el Congreso; y luego, al negarse a entregar documentos a la Cámara Baja, que tiene potestad para exigirlos.

SIN PRECEDENTES

Después de la exposición de los alegatos finales el lunes y su discurso sobre el Estado de la Unión el martes, Trump podrá respirar finalmente tranquilo el miércoles por la tarde, cuando el Senado votará finalmente para, a todas luces, absolverle de los cargos de abuso de poder y obstrucción de justicia.

Trump se convertirá entonces en el primer presidente de la historia moderna de Estados Unidos que se presenta a unas elecciones después de haber sido imputado políticamente.

De los otros dos mandatarios estadounidenses absueltos por el Senado, Clinton superó su juicio político ya en su segundo mandato, sin posibilidad de reelección; mientras que Andrew Johnson (1865-1869), salió tan debilitado del proceso que no logró que su partido confiara en él para nominarle a un segundo mandato.

Es improbable que Trump sufra el mismo destino que Johnson: el mismo Partido Republicano que en 2016 debatía inquieto sobre cómo detener el ascenso del magnate ha decidido, cuatro años después, que le interesa atarse a un mandatario popular en muchos distritos conservadores.

“UN ASTERISCO PERMANENTE”

El mayor trabajo de reflexión tendrá que hacerlo la oposición demócrata, cuya líder en la Cámara Baja, Nancy Pelosi, se negó durante muchos meses a iniciar un juicio político contra Trump por considerar que la imposibilidad de llegar a la mayoría de dos tercios en el Senado dejaría mal parado a su partido.

Pero la revelación de que Trump retuvo ayuda militar mientras presionaba a Ucrania para que investigara a uno de sus posibles rivales en 2020, el ex vicepresidente Joe Biden, llevó a muchos demócratas a argumentar que dejar pasar semejante abuso de poder sentaría un mal precedente en la democracia estadounidense.

Y ahora, el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, argumenta que la absolución de Trump no será tal, porque el proceso de destitución exprés no ha sido creíble.

“Si no hay testigos ni documentos en este juicio, habrá un asterisco permanente al lado de la absolución del presidente Trump. (…) Su absolución no tendrá valor”, dijo Schumer este viernes.


Phoenix Mediosmiércoles 18 septiembre, 2019
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Caracas (EFE).- La oposición de Venezuela no espera cambios inmediatos en la política de Estados Unidos hacia el país caribeño luego de que el presidente de la nación norteamericana, Donald Trump, anunciara este miércoles la designación de Robert O’Brien como su nuevo asesor de seguridad nacional.

“Hay una postura clara de nuestros aliados, no creo que esos cambios tengan que ver con la política hacia Venezuela, hay otros temas que también están en el mundo”, dijo a la salida de un foro sobre elecciones libres el segundo vicepresidente del Parlamento venezolano, el opositor Stalin González.

“La política hacia Venezuela está clara, ha sido clara la comunidad internacional, no solamente el Departamento de Estado (de Estados Unidos)”, añadió González.

Trump despidió hace una semana a su antiguo asesor de seguridad, John Bolton, al subrayar sus “fuertes desacuerdos” con “muchas de sus sugerencias”.

Trump dijo entonces que Bolton se extralimitó en sus acciones contra el Gobierno de Nicolás Maduro, cuya legitimidad Estados Unidos no reconoce y traslada al jefe del Parlamento, Juan Guaidó, al igual que casi 60 países.

Estas palabras hicieron temer a la oposición venezolana un cambio de postura de la Casa Blanca con la Administración de Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, y a quien Estados Unidos le ha pedido en reiteradas ocasiones que se haga a un lado.

Pero días después Trump matizó sus declaraciones al señalar que sus ideas con respecto a Venezuela y Cuba “son más duras” que las de Bolton, de quien dijo intentaba contenerlo.

La crisis en Venezuela escaló el pasado enero cuando Maduro juró un nuevo mandato que no reconoce buena parte de la comunidad internacional y, en respuesta, el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, proclamó un Gobierno interino.

Estados Unidos fue el primer país en reconocer a Guaidó como presidente encargado, pero casi 8 meses después, el jefe del Parlamento aún no controla la burocracia o las Fuerzas Armadas, que se mantienen leales a Maduro.


Phoenix Mediossábado 17 agosto, 2019
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Washington (EFE).- El presidente de EE.UU., Donald Trump, mantuvo este viernes una reunión con sus colaboradores más cercanos para hablar sobre las negociaciones con los talibanes, que podrían derivar en una inminente salida de tropas estadounidenses de Afganistán.

Además de Trump, de la reunión participaron el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence; el secretario de Estado, Mike Pompeo; el jefe del Pentágono, Mark Esper; el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, y el enviado especial de EE.UU. para Afganistán, Zalmay Khalilzad, informó el Departamento de Estado.

También participaron del encuentro, que tuvo lugar en el club de golf de Trump en Bedminster, Nueva Jersey, el presidente del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., Joseph Dunford, y la directora de la CIA; Gina Haspel.

“Estamos trabajando diligentemente en el camino a seguir en Afganistán”, apuntó el comunicado del Gobierno.

“Seguimos comprometidos en lograr un acuerdo de paz integral, que incluya una reducción de la violencia y un alto el fuego, garantizando que el suelo afgano nunca más se use para amenazar a Estados Unidos o sus aliados”, añadió.

Las conversaciones con los talibanes que tienen lugar en Doha y lidera Khalilzad por parte de EE.UU. podrían derivar en un acuerdo inminente que incluya la reducción de 14.000 a 9.000 militares estadounidenses en Afganistán, uno de los objetivos de Trump desde su llegada al poder.

Según se ha informado, a cambio, los talibanes se comprometerán a no colaborar con Al Qaeda y a evitar que este grupo terrorista use las zonas bajo control talibán para financiarse, reclutar combatientes, entrenarlos o planear operaciones.

También deberán comprometerse a iniciar una negociación de paz con el Gobierno de Ashraf Ghani, a lo que se han negado hasta la fecha, unas conversaciones que presumiblemente acogería Oslo.

Si esas negociaciones llegaran a buen puerto, podrían implicar una entrada al Gobierno de los talibanes y una salida aún mayor de tropas estadounidenses.

Trump, de hecho, aspira a dejar en Afganistán solo un pequeño contingente dedicado a la lucha antiterrorista.


Phoenix Medioslunes 1 julio, 2019
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Washington.- El Gobierno de EE.UU. negó este lunes que vaya a suavizar su postura en las negociaciones con Corea del Norte y proponer a su líder, Kim Jong-un, que congele su programa nuclear en vez de eliminarlo, tal y como informó este domingo el diario The New York Times.

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, arremetió en Twitter contra el diario neoyorquino y consideró que su artículo busca limitar la capacidad de negociación del presidente estadounidense, Donald Trump.

“Leí esta historia del NYT con curiosidad. Ni los miembros del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca ni yo hemos hablado de ningún deseo de ‘conformarnos con un congelamiento nuclear por parte de Corea del Norte’. Este ha sido un intento reprobable para limitar al presidente”, aseveró Bolton.

A continuación, el asesor consideró que “debe haber consecuencias” contra The New York Times por su artículo.

El domingo por la noche, el diario desveló que dentro de la Administración se está evaluando la posibilidad de pedir a Corea del Norte la congelación de sus programas nuclear, de misiles y de armas químicas y biológicas; en vez de su eliminación completa, como había reclamado hasta ahora.

De ponerse en práctica, esa propuesta supondría una aceptación del statu quo y legitimaría a Corea del Norte como una potencia nuclear.

Desde que comenzaron las negociaciones hace más de un año, EE.UU. ha insistido en que su objetivo es la “desnuclearización completa y verificada” de la península coreana.

El pasado septiembre, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, llegó a exigir a Corea del Norte la eliminación de su programa nuclear antes de enero de 2021, cuando concluiría el mandato presidencial de cuatro años de Donald Trump.

Según The New York Times, la nueva idea de la Casa Blanca podría ayudar a Trump a conseguir rédito político y probar que ha logrado concesiones de Kim de cara a las elecciones de 2020.

En concreto, de acuerdo al rotativo neoyorquino, el plan de Washington es conseguir que el líder norcoreano desmantele por completo el complejo de Yongbyon, epicentro de su programa nuclear norcoreano, a cambio del levantamiento de gran parte de las sanciones estadounidenses.

En la cumbre de Hanói, celebrada a finales de febrero pasado, Kim hizo esa misma propuesta a Trump, pero los negociadores estadounidenses la rechazaron.

Ahora, esos negociadores quieren que Kim “amplíe la definición” de lo que es el centro de Yongbyon más allá de sus límites físicos, lo que permitiría congelar la proliferación nuclear en otras instalaciones, como un centro secreto llamado Kangson, explicó el diario.

En 1994, la Administración del presidente Bill Clinton (1993-2001) puso en práctica sin éxito un enfoque similar con el padre del actual líder norcoreano, Kim Jong-il.

Clinton consiguió que Corea del Norte detuviera su programa nuclear durante cinco año, hasta que salió a la luz que las autoridades norcoreanas estaban enriqueciendo uranio, una de las vías para el desarrollo de bombas nucleares.(EFE).


Phoenix Mediosmartes 25 junio, 2019
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Jerusalén.- El asesor de Seguridad Nacional de estadounidense John Bolton, anunció hoy que el presidente Donald Trump mantiene la puerta abierta a negociaciones nucleares con Irán, un tema que centrará, junto con el conflicto en Siria, la cumbre tripartita de asesores de seguridad de EE.UU., Rusia e Israel que comienza hoy en Jerusalén.

Bolton afirmó esta mañana que, pese a que Trump impuso ayer nuevas sanciones contra Irán y sus líderes, “mantiene la puerta abierta a negociaciones reales” con Teherán sobre la cuestión nuclear, señaló en una atípica conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y sus homólogos ruso e israelí, Nikolai Patrushev y Meir Ben-Shabbat.

El nuevo diálogo, señaló, debe lograr “poner fin de forma verificable y completa al programa de armas nucleares iraní, a su desarrollo de sistemas de envío de misiles balísticos, a su apoyo al terrorismo internacional y al resto de su comportamiento maligno en todo el mundo. Todo lo que Irán tiene que hacer es entrar por esa puerta”, dijo el enviado de Trump.

Bolton reconoció que Oriente Medio se encuentra “en un momento crítico”, porque el “régimen radical en Irán y sus socios terroristas realizan más rondas de provocaciones violentas fuera, mientras su economía colapsa y la corrupción se extiende en los niveles más altos”.

“Irán es una fuente de beligerancia y agresión, que apoya al terrorista Hizbulá en Líbano, ayuda al régimen de Al Asad en Siria, arma y equipa a milicias chiíes en Irak, arma a los hutíes en Yemen, apoya actividades terroristas contra las fuerzas estadounidenses en Afganistán y amenaza el suministro de petróleo mundial en la región”, denunció.

Boltón condenó las “provocaciones de Irán, que incluyen ataques y amenazas a activos estadounidenses en Oriente Medio”, y son la manifestación externa de la principal amenaza que supone Teherán: “su continuo intento de desarrollar armas nucleares”, y recordó que “en unos días, quizás a finales de semana, Irán amenaza con superar los límites clave impuestos por el inadecuado acuerdo nuclear”.

En los próximos días, Bolton tratará con sus homólogos ruso e israelí sobre estas cuestiones, además de sobre Siria, “el conflicto en Ucrania, acuerdos de control de armas y la crisis en Venezuela”, informó la embajada de EE.UU. en Israel.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tuvo duras palabras para el régimen de los ayatolás, y reiteró que su país “ha actuado cientos de veces para impedir que Irán se atrinchere militarmente en Siria” mientras “llama activamente” a la destrucción de su país.

“Continuaremos impidiendo que Irán utilice territorio vecino para atacarnos”, reiteró Netanyahu, antes de agradecer al presidente ruso, Vladimir Putin, que colabore en un “mecanismo de des-escalada” en Siria, para que las fuerzas de unos y otros que actúan en el terreno no se dañen entre ellas.

También llamó a “la salida de Siria de todas las fuerzas extranjeras que entraron después de 2011”, algo que sería “bueno para Rusia, bueno para EE.UU., bueno para Israel y bueno para Siria”. (EFE).


Phoenix Mediosmartes 25 junio, 2019
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El asesor de Seguridad Nacional de estadounidense John Bolton, anunció hoy que el presidente Donald Trump mantiene la puerta abierta a negociaciones nucleares con Irán, un tema que centrará, junto con el conflicto en Siria, la cumbre tripartita de asesores de seguridad de EE.UU., Rusia e Israel que comienza hoy en Jerusalén.

Bolton afirmó esta mañana que, pese a que Trump impuso ayer nuevas sanciones contra Irán y sus líderes, “mantiene la puerta abierta a negociaciones reales” con Teherán sobre la cuestión nuclear, señaló en una atípica conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y sus homólogos ruso e israelí, Nikolai Patrushev y Meir Ben-Shabbat.

El nuevo diálogo, señaló, debe lograr “poner fin de forma verificable y completa al programa de armas nucleares iraní, a su desarrollo de sistemas de envío de misiles balísticos, a su apoyo al terrorismo internacional y al resto de su comportamiento maligno en todo el mundo. Todo lo que Irán tiene que hacer es entrar por esa puerta”, dijo el enviado de Trump.

Bolton reconoció que Oriente Medio se encuentra “en un momento crítico”, porque el “régimen radical en Irán y sus socios terroristas realizan más rondas de provocaciones violentas fuera, mientras su economía colapsa y la corrupción se extiende en los niveles más altos”.

“Irán es una fuente de beligerancia y agresión, que apoya al terrorista Hizbulá en Líbano, ayuda al régimen de Al Asad en Siria, arma y equipa a milicias chiíes en Irak, arma a los hutíes en Yemen, apoya actividades terroristas contra las fuerzas estadounidenses en Afganistán y amenaza el suministro de petróleo mundial en la región”, denunció.

Boltón condenó las “provocaciones de Irán, que incluyen ataques y amenazas a activos estadounidenses en Oriente Medio”, y son la manifestación externa de la principal amenaza que supone Teherán: “su continuo intento de desarrollar armas nucleares”, y recordó que “en unos días, quizás a finales de semana, Irán amenaza con superar los límites clave impuestos por el inadecuado acuerdo nuclear”.

En los próximos días, Bolton tratará con sus homólogos ruso e israelí sobre estas cuestiones, además de sobre Siria, “el conflicto en Ucrania, acuerdos de control de armas y la crisis en Venezuela”, informó la embajada de EE.UU. en Israel.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tuvo duras palabras para el régimen de los ayatolás, y reiteró que su país “ha actuado cientos de veces para impedir que Irán se atrinchere militarmente en Siria” mientras “llama activamente” a la destrucción de su país.

“Continuaremos impidiendo que Irán utilice territorio vecino para atacarnos”, reiteró Netanyahu, antes de agradecer al presidente ruso, Vladimir Putin, que colabore en un “mecanismo de des-escalada” en Siria, para que las fuerzas de unos y otros que actúan en el terreno no se dañen entre ellas.

También llamó a “la salida de Siria de todas las fuerzas extranjeras que entraron después de 2011”, algo que sería “bueno para Rusia, bueno para EE.UU., bueno para Israel y bueno para Siria”. (Efe).


Phoenix Mediosdomingo 16 junio, 2019
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Washington.- El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, acusó este domingo al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de malgastar fondos públicos para “comprar” el apoyo de Rusia, a pesar de que “cientos de miles de venezolanos” pasan hambre en estos momentos.

“Maduro ha malgastado de manera vergonzosa los recursos de Venezuela. En mayo, mientras cientos de miles de venezolanos pasaban hambre Maduro le dio a Rusia 209 millones de dólares por un contrato de defensa para así comprar su apoyo”, denunció Bolton en su cuenta oficial de Twitter.

“Los venezolanos anhelan un liderazgo auténticamente democrático, no la represión”, concluyó el funcionario estadounidense.

La presencia de personal ruso en Venezuela ha causado inquietud en EE.UU. y otros socios, y Washington llegó a pedir a Moscú que retire a estas personas del país suramericano.

Sin embargo, el presidente ruso, Vládimir Putin, afirmó el pasado 6 de junio que Moscú no está creando bases militares ni enviando tropas a Venezuela, pero reconoció que “debe honrar sus obligaciones contractuales” con el país suramericano en cuanto al mantenimiento de los equipos suministrados anteriormente.

El presidente Donald Trump tiene previsto reunirse con Putin durante la cumbre del G20 a finales de este mes en Osaka (Japón), y se espera que en la agenda esté el tema de Venezuela, donde EE.UU. respalda -como otros 50 países- al líder opositor Juan Guaidó, mientras que Rusia mantiene su apoyo al presidente Maduro.

El mandatario estadounidense ya advirtió que Rusia tenía que “salir” de Venezuela el pasado marzo, cuando dos aviones con unos 100 militares rusos aterrizaron cerca de Caracas para lo que Moscú describió como una misión de mantenimiento de equipos suministrados a Venezuela.

Pero Trump ha evitado una confrontación abierta con Putin, y después de hablar con él por teléfono hace un mes, llegó al punto de contradecir a su Gobierno y asegurar que el líder de Rusia no estaba “pensando en absoluto en implicarse en Venezuela”.

En este sentido, Putin ha señalado que Rusia está en contra de la injerencia en los asuntos internos de Venezuela.

La tensión en Venezuela se incrementó desde que el pasado 23 de enero el jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, se adjudicara las competencias del Ejecutivo como presidente encargado del país por considerar ilegítimo a Nicolás Maduro tras ser reelegido en unos comicios que la oposición tacha de “fraudulentos”.

Esta acción aceleró la crisis política en Venezuela, debido a que, además, buena parte de la comunidad internacional, como Estados Unidos y varios países europeos y latinoamericanos, han dado su respaldo a Guaidó y presiona para que se convoque a elecciones. (EFE).


Phoenix Mediosviernes 3 mayo, 2019
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Washington.- El secretario en funciones de Defensa de Estados Unidos, Patrick Shanahan, recibió este viernes en el Pentágono al secretario de Exteriores, Mike Pompeo, y al asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, para hablar sobre la situación en Venezuela, informaron medios locales.

La reunión, de acuerdo con la cadena Fox y que cita fuentes oficiales, se celebró a primera hora del viernes y tuvo lugar en una sala de alta seguridad conocida como “El Tanque”, y en ella los tres funcionarios estudiaron opciones militares ante la tensión en aumento que se vive en Venezuela.

A pesar de que la cartera de Defensa estadounidense no descarta una posible intervención militar en el país suramericano, por el momento su postura ha sido la de abogar por dar espacio al diálogo para que se produzca un proceso pacífico de cambio de Gobierno en esa nación.

El pasado miércoles, durante una audiencia en la Cámara de Representantes, el almirante Craig Faller, responsable del Comando Sur de las Fuerzas Armadas (SouthCom), aseguró que “el alto mando (militar del país) ha dejado claro que esta tiene que -o debe- ser principalmente una transición democrática”.

Sin embargo, según han informado algunos medios locales, Bolton estaría más abierto a la idea de un despliegue de tropas estadounidense que permitiera acelerar el proceso.

De acuerdo con el diario The Washington Post, la postura belicista del asesor de la Casa Blanca lo ha llevado a enfrentarse con algunos de los principales líderes del Departamento de Defensa.

Según un artículo del diario publicado el miércoles, la actitud de Bolton durante una reunión con representantes del alto mando de las Fuerzas Armadas llevó al segundo en la jefatura del Estado Mayor Conjunto, el general Paul Selva, a golpear la mesa fruto de su exasperación.

Desde hace semanas, Washington viene instando al Ejército venezolano a que le dé la espalda al presidente Nicolás Maduro y a que se sume al alzamiento puesto en marcha el pasado martes de madrugada por el líder opositor Juan Guaidó.

Maduró reaccionó este jueves exigiendo a los militares desarmar a los “traidores” y “golpistas”, durante una visita que hizo al Ministerio de Defensa 48 horas después del levantamiento de Guaidó, quien se proclamó presidente interino de Venezuela en enero pasado y es reconocido como tal por más de 50 países.(EFE).


Phoenix Mediosjueves 2 mayo, 2019
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Tokio.- El asesor de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, está preparando una visita a Corea del Sur a final de mayo para tratar el diálogo sobre desnuclearización con Corea del Norte, informó hoy la agencia nipona Kyodo citando una fuente diplomática.

La mencionada fuente indicó que Corea del Sur y EE.UU. “están ultimando los preparativos para su visita a Seúl en torno al 28 de mayo para reunirse con Chung Eui-yong”, homólogo surcoreano de Bolton.

Su visita llegaría en un momento en el que las conversaciones sobre desnuclearización están de nuevo estancadas después de que la cumbre de Hanói de febrero se cerrara sin acuerdo entre Washington y Pionyang.

Según contó la fuente a Kyodo, se espera que durante su visita Bolton subraye a Seúl su propuesta de mantener intacto el actual marco de sanciones sobre Corea del Norte.

En Hanói, la Casa Blanca abogó por el llamado “big deal” (gran acuerdo), que pasa por eliminar todos los programas de armas norcoreanos (misiles, armas biológicas y químicas), además del atómico, antes de relajar cualquier sanción.

Pionyang, que ofreció solo desmantelar su centro de investigación nuclear de Yonbyong a cambio de levantar sanciones impuestas en 2016 y 2017 que están estrangulan cada vez más su economía, rechazó la oferta de Washington.

Seúl, que está a la espera de poder reactivar los proyectos de cooperación económica intercoreana (algo que impide el actual marco de sanciones), apoya un proceso de desarme gradual acompañado de un relajamiento progresivo de los castigos impuestos a Corea del Norte por el Consejo de Seguridad de la ONU.

A su vez, la agencia surcoreana Yonhap informó el miércoles citando fuentes que pidieron no se identificadas, que el enviado especial de EE.UU. para Corea del Norte, Stephen Biegun, seguramente visite Seúl del 8 al 10 de mayo para tratar el tema con autoridades surcoreanas y tratar de desatascar las negociaciones.(EFE).



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