Taxi, Uber y Cabify: ¿Cuáles son los pros y contras de cada uno?
Uno de los principales gastos de una empresa son los transportes y viajes de sus empleados.
No en vano, y aunque las reuniones virtuales y la teleconferencia están abriendo hueco, lo cierto es que el número de viajes de trabajo no deja de aumentar.
En plena batalla legal entre los taxistas, Cabify y Uber, la OCU ha publicado un informe en el que revela qué método de transporte compensa más.
- Taxi: Ofrece un servicio público cuyos precios están regulados por la Administración y se controlan mediante un taxímetro o contador homologado. Para operar, los taxistas deben hacer una inversión fuerte para conseguir una licencia municipal pues hace años que los ayuntamientos no conceden nuevas licencias y las que circulan son objeto de un mercadeo poco transparente. Los coches VTC se ven como una competencia que “roba” clientes y deprecia las licencias.
- Uber: Es una empresa multinacional que, dentro de España y por ahora, solo opera en Madrid. Da un servicio VTC corriente, es decir, que ofrece coches con conductores profesionales. Pero muchos consumidores no tienen clara su situación legal, pues la asocian a la plataforma Uber Pop, que ponía en contacto a conductores particulares con viajeros y fue suspendida por mandato judicial al entenderse, entre otras cosas, que los particulares incurrían en competencia desleal. Al igual que Cabify, ofrece distintos tipos de coche (nosotros probamos el básico, Uber X).
- Cabify: Era una antigua empresa española de coches con chófer que ha experimentado un importante crecimiento al ofrecerse vía app. En España opera en Barcelona, Madrid, Málaga, Sevilla y Valencia, pero además está implantada en muchos países iberoamericanos. Su forma de operar es muy parecida a la de Uber y también obliga a estar en posesión de una licencia VTC. En teoría, por cada 30 licencias de taxi se concede una VTC. En la práctica, hay más, lo que en parte se debe a cómo han resuelto los tribunales los vacíos legales del pasado.
Los investigadores de la OCU se camuflaron de forasteros y usaron de forma anónima los servicios de transportes disponibles en diez ciudades españolas: Barcelona, Bilbao, La Coruña, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Valencia y Zaragoza. Utilizaron solo taxi cuando no había más alternativa y, tanto taxis como coches VTC operados por Uber o Cabify, allí donde los había.
En cada ciudad, hicieron varias veces tres tipos de trayecto (un total de 173 viajes), que registraron y cronometraron mediante una app de running, para comparar el recorrido real con el propuesto por Google Maps:
- Largo: un pasajero con maleta fue del aeropuerto a un hotel céntrico.
- Medio: un pasajero se desplazó desde un hotel céntrico a las cercanías de la estación de tren con un servicio previamente reservado, al que se presentó un poco tarde.
- Corto: un pasajero fue de la estación de trenes a un destino a unos 800 metros.
- En su estudio evaluaron la experiencia del pasajero desde que decide tomar un coche hasta que se baja de él al final del recorrido valorando aspectos como: encuentro y puntualidad; identificación; limpieza y seguridad del vehículo (cinturones); comportamiento del conductor; taxímetro; bajada de bandera; itinerario; tipo de conducción; cobro y factura.
Sin duda, los coches VTC, y muy especialmente Cabify, tienen bastantes puntos fuertes, pero los taxis parecen haberse puesto las pilas. De hecho, los rodeos se han reducido drásticamente respecto a estudios anteriores, y en Madrid, que es la única ciudad donde hay tres operadores, los taxis ocupan el mejor puesto.
En términos generales, según el informe de la OCU, Cabify, seguida de los taxis y con Uber en el puesto de cola. ¿Qué gusta más de Cabify? El impecable aspecto interior de sus vehículos, la buena conducción y la gestión automática de la factura.
En favor de los taxis hay que destacar la buena disposición ante las peticiones del cliente, la visibilidad y la disponibilidad, mientras que de Uber gustan los interiores y la buena disposición del conductor, pero no así la elección del itinerario y otros aspectos relacionados con el inicio de la carrera y con la factura (la app genera una factura automática, pero pobre en datos).
Los taxis, Uber y Cabify calculan el precio de sus carreras de distinta manera, partiendo de la base de que las tarifas de los taxis las fija la Administración y las de los coches VTC las fijan ellos mismos:
- Precio en los taxis: tres conceptos distintos. En los taxis hay tres conceptos: la bajada de bandera, el precio por kilómetro recorrido y el precio por “hora de espera” que pasa a operar cuando no se avanza, es decir, mientras el taxi está a la espera, cuando está parado en un atasco o en un semáforo e incluso cuando el tráfico va muy lento.
- Precio en Uber: distancia recorrida y tiempo empleado. En Uber, al margen de una cantidad mínima equivalente a la bajada de bandera, el precio (del que se recibe una estimación antes del viaje) viene determinado por dos factores siempre activos, la distancia recorrida y el tiempo empleado. Ojo, si hay alta demanda, se pasa a una tarificación “dinámica” que varía los precios originales.
- Precio en Cabify: distancia recorrida y aplicación eventual de un suplemento. Cabify es peculiar: aparte del coste mínimo, su precio solo depende de la distancia recorrida (con tarifas progresivamente más baratas cuanto mayor es la distancia) y de la aplicación eventual de un suplemento de 0,45 euros el minuto por esperas superiores a 5 minutos (15 en el caso del aeropuerto). Además, puede cargar un suplemento por alta demanda cuya lógica no se detalla en su web, pero cuya cuantía conoce el cliente antes de contratar el servicio, al señalar en la app el origen y destino deseados. Y es que ahí reside una de las mayores virtudes de Cabify: el cliente conoce de antemano cuánto le va a costar el viajey el primer interesado en resolverlo del modo más directo y rápido posible es el conductor, pues los rodeos y las confusiones corren de su cuenta. (Tcb).