Un año después del ataque químico de Jan Shijún, las heridas siguen abiertas
El médico Abdel Hai al Tenari todavía recuerda a dos hermanas “de cinco o seis años” de Jan Shijún, en el norte de Siria, que llegaron inconscientes a su hospital y al final murieron tras el ataque químico contra esa localidad, del que hoy se cumple un año.
La mañana del 4 de abril de 2017 muchos vecinos de Jan Shijún, en la provincia de Idleb y bajo control rebelde, dormían cuando se produjo un bombardeo con gas sarín a las 06.45 hora local (03.45 GMT), que acabó con la vida de ochenta personas y del que la ONU acusó al Gobierno sirio, que siempre lo ha negado.
Ante el gran número de fallecidos y de afectados por el ataque, muchos pacientes de Jan Shijún fueron repartidos por varios hospitales de la zona, como el de Tenari, que no desvela su ubicación por motivos de seguridad, y a centros sanitarios en Turquía, fronteriza con Idleb.
“Muchos pacientes llegaron a nuestra ciudad y los tratamos, pero una vez que fueron dados de alta no he vuelto a saber de ellos, mi localidad está lejos de Jan Shijún, a unos 60 kilómetros”, indicó a Efe por teléfono.
Tenari explicó que no era la primera vez que trataba casos de este tipo.
“El sarín fue desarrollado por los nazis a partir de pesticidas en la II Guerra Mundial (1939-1945) y yo ha había visto muchos casos de intoxicación por pesticidas”, añadió.
Desde hace un año, no han vuelto a tratar en su hospital a pacientes afectados por ataques con gas sarín, pero sí por bombardeos con gas cloro. “El último hace menos de dos meses en la población de Saraqueb, cerca de mi ciudad”, afirmó.
“El gas cloro es un irritante respiratorio que afecta a los pulmones, la garganta y los ojos, pero ello no es grave; el sarín es diferente, es una arma química, un agente nervioso que puede causar parálisis e incluso llevar a la muerte”, advirtió.
Aun así, normalmente la mayoría de los ingresos en su centro sanitario es por bombardeos con armas convencionales y casos comunes de medicina interna.
Uno de los supervivientes del ataque en Jan Shijún, Fuad al Sayed, de 48 años, dijo a Efe por teléfono que esta mañana, cuando se ha levantado, lo primero que ha hecho junto a su esposa ha sido rememorar aquel fatídico día.
“Nadie se puede olvidar, en mi barrio un centenar de personas resultaron afectadas entre compañeros, amigos y parientes”, lamentó Al Sayed, que estaba fuera de casa cuando ocurrieron los hechos, lo que no impidió que inhalara el gas.
Su mujer y sus tres hijos también resultaron afectados, pero todos sobrevivieron, aunque seis de sus sobrinos perecieron.
Tras esta experiencia traumática, “los que hemos sobrevivido tenemos miedo, cada vez que hay bombardeos tememos que sean con sustancias químicas, esta es una zona donde hay muchos ataques aéreos”, aseguró.
Muchos de sus vecinos se fueron a Turquía después de este suceso, aunque él decidió regresar a Jan Shijún: “Rechacé irme a Turquía, pese a que muchos se marcharon, aquí está mi casa, mi familia, mis amigos…”
Ha transcurrido ya un año de esa acción, pero los responsables no han rendido cuentas, aunque estos hechos motivaron un bombardeo de Estados Unidos contra la base aérea siria de Al Shayrat, en la provincia central de Homs, desde la que, según Washington, se organizó el bombardeo químico.
La organización Human Rights Watch (HRW) denunció hoy que los esfuerzos internacionales para impedir el uso de armas químicas en Siria desde el ataque en Jan Shijún no han sido efectivos.
“En Siria, el Gobierno emplea armas químicas que están prohibidas en todo el mundo sin pagar ningún precio”, consideró la subdirectora de HRW para Oriente Medio, Lama Fakih.
Fakih recordó que un año después del “espantoso” ataque con gas sarín en Jan Shijún ni el Consejo de Seguridad de la ONU ni la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) han actuado para defender el veto contra esta clase de armamento.
HRW afirmó que ha investigado lo ocurrido en Jan Shijún y ha concluido que todas las posibles prueban apuntan a la autoría del Gobierno sirio.
Los ministros de Exteriores de Francia, Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos condenaron hoy el uso de ataques químicos en Siria y aseguraron que no descansarán hasta que se haya hecho justicia contra las víctimas de los mismos.
Jean-Yves Le Drian, Heiko Maas, Boris Johnson y John Sullivan, subsecretario de Estado estadounidense, se pronunciaron en el primer aniversario del ataque con ese tipo de armamento en la localidad septentrional siria de Jan Shijún acabara con la vida de ochenta personas.
“El sufrimiento que ha infligido el régimen de Al Asad y quienes le apoyan a la población siria es detestable”, indicaron en un comunicado conjunto en el que subrayan que las “atrocidades” cometidas por estos desde el inicio del conflicto en 2011 suponen una “violación flagrante de la ley internacional”.
“Cada vez que se usa un arma química se socava el consenso contra su uso. Y ese uso es una clara violación de la Convención sobre Armas Químicas”, agregó el comunicado, en el que reprochan que Rusia utilizara su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para no investigar los ataques. (Efe).