Una exposición analiza el proceso de creación de Barthélemy Menn, mentor de Hodler
Los métodos de trabajo del pintor y profesor ginebrino Barthélemy Menn (1815-1893) protagonizan una exposición en el Museo de Arte e Historia de Ginebra que se enmarca en la conmemoración del centenario de la muerte del mayor exponente de la pintura Suiza, Ferdinard Hodler, de quien fue mentor.
De las más de 3.000 obras de Menn que figuran en la colección del Museo, la comisaria de la exposición, Marie Therese Bätchmann, seleccionó 130 piezas que incluyen acuarelas, óleos, dibujos y litografías para ilustrar su trayectoria desde su faceta más conocida como paisajista hasta sus últimos años de vida como profesor de figuras y retratos.
“Me interesaba mostrar cuál era su proceso de creación, empecé por entender como trabajaba sus obras para más tarde comprender cuáles eran sus métodos como profesor”.
Barthélemy Menn nació en 1815 en Ginebra y murió en la misma ciudad helvética en 1893, fue alumno de Jean-Leonard Lugardon y de Jean-Aguste Dominique Ingres, y después de un tiempo en Italia y París volvió a Ginebra donde ejerció como profesor de la Escuela de Bellas Artes hasta su muerte.
“La exposición no sigue un orden cronológico porque en un momento determinado Menn dejó de firmar sus obras y nos resulta muy difícil ordenarlas”, aclaró Bätchmann.
Sin embargo, mientras preparaba la exposición, la comisaria detectó que “en sus inicios Menn pintaba grandes figuras en un fondo irrelevante pero que con los años fue adquiriendo más y más interés por el paisaje de tal modo que las figuras pasaron a ocupar un papel secundario o inexistente”.
Bätchmann también observó que una de las máximas que Menn siguió a lo largo de su carrera fue que “un artista debe saber mucho para poder crear”, por lo que una de sus prácticas más recurrentes era copiar o memorizar obras de grandes artistas como Velázquez, Tiziano, Rubens o Caravaggio, para después reproducirlas introduciendo sus propias variaciones.
Su interés por Velázquez le llevó a viajar a Madrid “incluso antes de visitar París o Roma y, de hecho, el museo conserva bocetos, estudios y copias de algunas obras o figuras del pintor español”, según la comisaria.
“Este es un ejercicio que más tarde incluiría entre sus métodos de enseñanza”, sostuvo la comisaria, que explicó que Menn empezó a dar clases para ganar un sobresueldo aunque acabó dedicándose a ello por completo.
“Menn se dedicó a la docencia desde 1851 hasta que murió en 1893 y debo reconocer que durante los primeros diez años su enseñanza fue muy básica hasta que el contexto sociopolítico le obligó a repensar su método”, explicó Bätchmann.
“Hodler tuvo suerte de entrar a su clase en este momento de plena transformación y apertura”, manifestó la comisaria, quien aseguró que “aunque Hodler tomó su propio camino, de Menn adquirió las bases y, sobre todo, la composición”.
La exposición también muestra su faceta como retratista con algunos de sus autorretratos más conocidos y también con una selección de los más de 50 bocetos de su mujer que el Museo conserva en su colección, “lo que nos indica que Menn nunca dejaba de dibujar”.
En cuanto a los paisajes, la comisaria destacó la obsesión del pintor por “repetir y transformar” un mismo paisaje desde distintos puntos de vista y con distintas técnicas que le llevarían a concentrase cada vez más “en la construcción y articulación del paisaje sobre una superficie plana”.
Aunque su estilo se enmarca en el realismo “se trata de su etapa más moderna, ahí es cuando se dio cuenta de que sus alumnos habían entrado al siglo XX”, concluyó Bätchmann.
La exposición se puede visitar en el Cabinet d’Arts Graphiques del Museo de Arte e Historia de Ginebra hasta el 8 de julio. (Efe).